Capítulo 39

66 6 5
                                    


Amber estaba practicando en la cueva sola.

Lanzaba bolas de fuego y estas se rompían en una flama anaranjada al chocar contra las rocas, lanzando chispas y cenizas por todos lados. Combinaba sus ataques, lanzaba bolas de fuego y luego creaba ondas expansivas calóricas. Estaba enfadada con ella misma.

Habían pasado dos días desde que los chicos se habían ido a Alaska, dos días para estar sola con Elijah; de quien, cada vez estaba más segura de que le pasaban cosas demasiado fuertes. Intentó decirle varias veces lo que le pasaba, pero cuando quería hacerlo; simplemente las palabras no querían salir de su boca.

La primera vez, lo intento mientras cenaban. Ella había preparado pastel de patatas para la ocasión, quería que fuera algo especial. No había encendido velas, pues sabía que a Elijah le disgustaba el fuego, solo esperaba no disgustarle ella.

Sin embargo, al momento de la declaración, se puso tan nerviosa que termino confesándole a Elijah que jamás había tenido amigas, y nunca había hecho una pijamada. Él la miró extrañado y ella se sintió una completa idiota, pero prefirió dejar el tema allí.

Esa misma noche, ella fue a su habitación a darse una ducha e intentar relajarse. Todavía le quedaban dos días para decirle lo que sentía, y Amber quería que fuera algo especial, porque Elijah era alguien que la hacía sentir especial. Quería hacer algo lindo por él.

Cuando estaba por dormir, sintió que alguien tocaba su puerta. Era Elijah, que traiga un paquete de galletas de chocolate, palomitas de maíz y unas películas. Le dijo que ya que ella jamás había hecho una pijamada, harían una, viendo películas toda la noche y comiendo hasta engordar uno o dos kilos.

Amber, sintió que estaba en las nubes cuando Elijah le dijo su idea. Él se había preocupado por ella y le parecía un bello gesto. Sin embargo, la magia se acabó cuando ella le pregunto "¿Enserio hiciste esto por mí?" y él respondió con una radiante sonrisa "Claro Amber. Somos amigos y eso hacen los amigos" ¿Le había dado una indirecta de que ella siempre estaría en la zona de amistad o simplemente lo dijo por ser amable?

Amber lanzo un poco de lava a las rocas y luego se sentó a descansar, sintiéndose frustrada. Elijah era el primer y único chico en el cual Amber estaba interesada y no tenía ni la menor idea de cómo manejar la situación. Él era tan amable con todo el mundo que era imposible saber si sentía algo más que amistad o solamente era bondadoso.

"Al diablo con todo esto" Se dijo Amber a sí misma, poniéndose de pie decidida a decirle a Elijah todo lo que sentía. Había leído muchas novelas románticas y se identificaba con gran mayoría de sus protagonistas, cuando tienen que decirle a su amado todo lo que sienten por él, pero los nervios le ganan. Pero si algo había aprendido de sus libros preferidos; era qué quien no arriesga no gana.

Claro, también estaba la otra posibilidad que jamás te cuentan en los libros porque se supone que en los libros todo es perfecto. Siempre que él o la protagonista le declaraba su amor, el receptor compartía ese sentimiento y sellaban su amor eterno con un beso. Peo esta era la vida real, también cabía la posibilidad de que Elijah viera a Amber como una amiga solamente. Y de ser ese el caso, Amber no sabría qué hacer.

Amber entró al living y vio a Elijah tranquilamente sentado en el sofá leyendo. Dioses, era lector ¿Cómo alguien podía resistirse a un chico lector? Físicamente, Elijah era muy guapo: tenía ojos azules, era alto y tenía un torso trabajado, por no mencionar su perfecta sonrisa. Era atractivo para cualquiera, pero lo que realmente había cautivado a Amber, era la bondad que tenía. Lo empático y cariñoso que podía llegar a ser, era atento y motivador, siempre dispuesto a dar una mano a quien lo necesite, comprensivo y risueño; amable y gracioso. A Amber le faltaban las palabras para describir todo lo que causaba Elijah en ella.

El Último SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora