Amber sintió la garganta seca, ganas de llorar, impotencia. Pero por sobre todas las cosas, sintió miedo.
Parecía un chiste. Ella había hecho un cambio totalmente inesperado a su vida, un giro de 360 grados, todo para recuperar a su madre, volver a estar junto a ella; y ahora se suponía que debía sacrificarse.
Y claro, no era necesario decir, que estaba dispuesta a hacerlo; afrontaría cualquier obstáculo con tal de traer a su madre de vuelta a la vida, aunque eso le costara la suya. Si debía morir, así seria. Quizás para los demás símbolos, el precio fuera muy alto a pagar, pero era su vida al fin y al cabo, ella creía que era un precio bastante accesible, algo así como un alma por un alma, o en este caso; varias almas.
-No es certero que tú seas el espíritu Amber- Dijo Brooke intentando convencerse a sí misma de sus palabras.
-Claro que lo es- Intervino Amber- No trates de buscar la quinta pata del gato Brooke. Es obvio que soy el espíritu, puedo transformarme en un espíritu de fuego azul...-
-Quizás se referían a otra cosa. No sabemos a qué nos enfrentamos con exactitud- Dijo Brooke intentando calmar la situación.
-Estamos enfrentándonos a la oscuridad, a una mujer que tiene a nuestros padres quien sabe dónde y en qué condiciones. Tú misma lo dijiste. Scarlett piensa que somos débiles porque cree que no tenemos las agallas para pagar ese precio, y no es así-
-¿Qué quieres decir Amber?- Preguntó Elijah con cautela.
Ella tomó una bocanada de aire.
-Que si tengo que sacrificarme para traer a nuestros padres de vuelta, lo haré, sin pensarlo dos veces-
-Estás loca si crees que vamos a dejarte- Dijo Elijah levantando un dedo.
-Por favor ¡Piensen! Es una vida por varias lo que podemos salvar ¿No era ese nuestro objetivo? ¿Traer de vuelta a nuestros padres?-
-Si- Afirmo Brooke- Pero con todos aquí-
-No van a hacerme cambiar de opinión. Si alguno de ustedes fuera quien tuviese que sacrificarse, estaría en la misma posición en la que estoy yo ahora. Estaría dispuesto a hacerlo-
-Si eso pasara, tú estarías como estamos nosotros ahora, tratarías de impedirlo- Dijo Elijah.
Amber sintió un nudo en la garganta que le impidió seguir hablando con la seguridad en sí misma que tenía, quebrando por completo su voz y sonando como realmente se sentía: asustada.
-Solo quiero traer a mi madre de vuelta- Dijo agachando la mirada y dejando salir las lágrimas que estaban hace rato queriendo saltar de sus ojos azules- Eso es lo que me trajo aquí. No tuvo la oportunidad de vivir completamente, quiero que sea feliz-
-Amber- Dijo Elijah tomándola de los hombros- No conocí a tu madre, pero puedo asegurarte que fue feliz, porque te tuvo a ti- Él secó tiernamente una lagrima que caía por la mejilla de Amber y ella se estremeció al tacto. La piel de Elijah siempre estaba congelada, como si fuese un vampiro- Ella fue feliz desde el día de tu nacimiento. Fue feliz cuando dijiste tu primera palabra y cuando se te cayó tu primer diente. Cada vez que sonreías, ella era feliz. Porque te amaba Amber, tú eras la razón de su felicidad ¿Enserio quieres traerla de vuelta a costa de tu muerte?-
Amber se sorbió la nariz y se enjugó las lágrimas con la manga de su camiseta.
-Da igual Elijah- Dijo ella apartándose de su agarre- De todas formas, no podemos estar juntas. Si no pagamos el precio, ellos jamás volverán, y si lo hacemos, yo no viviré para contarlo- Ella se hizo a un costado para ir a su habitación. No necesitaba pensar nada, tenía más que asegurada su decisión, solo necesitaba estar sola.
Brooke no podía conciliar el sueño.
La charla con Amber la había dejado muy inquieta, temía que Amber fuese a hacer alguna locura. Daba vueltas en su cama, cerraba los ojos e intentaba relajar su mente. Pero nada funcionaba.
Decidió levantarse a tomar un vaso de leche tibia, eso siempre la ayudaba a dormir tranquila cuando tenía insomnio, era un truco que le había dicho su padre cuando era chiquita, una de las tantas veces que se había levantado en mitad de la noche para ir a la habitación de ellos porque no podía dormirse. Su padre la solía acompañar a la cocina a darle un vaso de leche tibia y luego la cargaba entre sus brazos hasta su habitación, la arropaba en la cama y le dejaba un beso en la frente de buenas noches, eso era medicina suficiente para que Brooke se quedara dormida como un tronco. Lamentablemente, ahora tenía que bajar a prepararse el vaso ella sola. Pero por mucho que extrañara a sus padres, no permitiría que Amber cometiera ese sacrificio. Ellos la habían arrastrado a la fuerza con la promesa de que si, ayudaba, todos recuperarían a sus padres. No a costa de su vida, Brooke jamás podría perdonarse eso.
Ya en la cocina, buscó un poco de leche en la heladera, vertió un poco dentro de un vaso y lo mandó unos minutos al microondas. Mientras esperaba que la leche se calentara, se sentó en la silla mientras admiraba el silencio y la soledad.
La alarma del microondas sonó, se levantó para buscar el vaso con leche y se sentó a beberlo en completo silencio. Pero por alguna extraña razón, estaba algo intranquila, todos en la casa dormían, pero ella se sentía acompañada, sentía una presencia cerca.
Se acercó a la ventana, la noche era estrellada. Por ningún lado se veía la luna, y tampoco había señales de alguien afuera. Pero eso no ayudo a Brooke a calmarse. Sin embargo, decidió no darle importancia, quizás solo eran paranoias suyas.
Volvió a sentarse para terminar su vaso de leche, cuando sintió pasos en las escaleras. Estiró un poco el cuello para ver de quien se trataba y vio una figura femenina de contextura delgada bajando lentamente.
-¿Dafne, eres tú?- Preguntó Brooke poniéndose de pie nuevamente.
Nadie respondió, pero a medida que se acercaba y la luz era más presente, pudo divisar de quien se trataba.
-Dafne, me has asustado- Dijo Brooke dando un soplido- ¿Tú tampoco puedes dormir?- Le preguntó a la castaña, quien tenía la cabeza agachada con el cabello cubriéndole un poco el rostro y no emitía sonido alguno.
-¿Te sientes bien?- Preguntó nuevamente Brooke.
De a poco, Dafne levantó la cabeza, hasta clavar sus ojos en los de Brooke. Quien sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo y un hormigueo en el estómago al verla. Quiso gritar para pedir ayuda, pero no llegó a tiempo. Dafne estiro su mano hasta rodearle el cuello con una rama que salió del piso y comenzó a asfixiarla.
Brooke tenía miedo y sentía que el aire comenzaba a faltarle con rapidez. Pero sabía que jamás podría quitarse esa imagen de la cabeza al ver a Dafne levantar la mirada, donde en lugar de tener las pupilas verdes, tenía ambos ojos completamente negros, como los de un demonio.
Negro, el mismo color de la oscuridad.
HOLA!!!!
Les dejo un nuevo capitulo!!! si no me equivoco, solo faltan 4 o 5 capitulos!!! Preparen el numero de su terapeuta, lo van a necesitar!
Tambien me alegra anunciar que estamos cada vez mas cerca de la segunda temporada de la sombra brillante encerrada!!!