La montaña era enorme. Y subir, sería realmente un desafío.
Probablemente, Elijah habría estado saltando de emoción al estar en uno de los lugares más fríos del planeta. Pero, él no podía visitar ese lugar, ya que su poder podría salirse de control y afectar el ecosistema del mundo. Quizás, en algún futuro cercano, Elijah podría visitar Alaska. Pero por el momento, Brooke supo que hacia lo correcto, no solamente porque esa idea había pasado por su cabeza; sino, porque también la guía espiritual se lo había advertido.
Brooke había repasado el plan una y otra vez en los últimos días. Lo repetía en el desayuno, en el almuerzo, mientras se duchaba y antes de dormir. Cualquiera habría pensado que estaba repitiendo un mantra religioso o algún cantico. La verdad, era que Brooke tenía miedo de olvidarse de algo y que la guía espiritual no estuviese allí para recordárselo o avisarle.
Los cinco que estaban allí tenían algo importante que hacer. Según lo que recordaba; la guía espiritual le había dicho que cuando hicieran el "hechizo" (Brooke no encontraba otra forma de llamarle, le dijeras como le dijeras, los haría quedar a ellos como magos de alguna escuela famosa y prestigiosa) serían recompensados con algo que deberían tener presente si querían ganarle a la oscuridad y recuperar a sus padres. Ella no podía imaginarse que sería ese objeto preciado. Había pensado que podía ser algún poder, Riven había sugerido que podría ser un arma, pero eso no tenía el más mínimo sentido; los símbolos utilizaban poderes, no armas, no eran soldados.
Además, de que eso no era lo único que ocupaba lugar en la mente de Brooke, también la atormentaba el recuerdo de la guía espiritual, que le había dicho que si ellos querían ganar eso, uno debía sacrificarse; el espíritu.
Pero ¿Quién era el espíritu? Brooke había preguntado de quien se trataba y la guía había cambiado completamente de tema explicando cómo debían hacer para conseguir el objeto. Brooke odiaba los acertijos, sentía que le hacían perder el tiempo y no estaba para juegos. Intentó resolver la pregunta de ¿Quién era el espíritu? Y no encontraba solución alguna al enigma. Se suponían que eran símbolos, no espíritus. En todo caso, la única espiritual aquí, era la guía; quizás se había referido a que ella los ayudaría en el momento de la batalla, pero es que simplemente tampoco tenía sentido eso, Scarlett había dicho que era un precio muy alto a pagar, y el sacrifico de la guía espiritual a Brooke no le parecía tanto, después de todo, no le guardaba cariño alguno; y esperaba que los demás tampoco.
A no ser, que no fuera la guía quien se sacrificara, y fuese otro; alguno de ellos...
No. No podía ser... Amber sencillamente no podía ser.
Pero entonces todo comenzó a encajar en el rompecabezas, como si de repente varias puertas se abrieran frente a Brooke.
El día que jugaron a captura la bandera, todo el cuerpo de Amber se había calcinado en llamas azules y había volado por los aires, como un espíritu de fuego. Algo que los demás, nunca habían podido hacer. ¿Y si ese era el precio a pagar? ¿Si la muerte de Amber era la libertad de sus padres y la derrota de la oscuridad? ¿Estarían dispuestos a pagar?
La cabeza de Brooke no dejaba de dar vueltas. Había omitido ese detalle con los demás porque no quería espantarlos o incomodarlos con más dudas. Pero esto era muchísimo peor, si las sospechas de Brooke eran ciertas, sabía que Amber no dudaría ni un segundo en dar la vida por los demás. Pero a ella no le parecía justo que fuera Amber quien tuviera que pagar ese precio.
-Brooke- Dijo Riven, chasqueando los dedos frente suyo- ¿Estas bien?-
-Si- Musitó Brooke algo perdida. Olvidando sus pensamientos un segundo. Sabía que tenía que decir la verdad, la vida de sus padres estaba en juego, pero también sabía que debían averiguar un poco más, quizás el espíritu no era Amber y era la metáfora de alguna otra cosa. Algo que todavía no habían descubierto.