-Amber- Dijo Alison. Envolviendo a su hija entre sus cálidos brazos y rompiendo en llanto.
Parecía mentira. Ella había creído que su madre estaba muerta hace tres años. Pero allí estaban, abrazándose una a la otra y llorando en silencio.
Amber se alejó un instante, definitivamente era ella. Sus ojos de color celeste aguamarina seguían intactos, su perfecta sonrisa y el cabello rojizo del mismo tono que ambas compartían. Era su madre, a Amber le costaba trabajo creerlo. También le había costado trabajo creer que ella manejaba el fuego, pero así era.
-Estas aquí- Dijo Amber con la voz quebrada.
Alison limpio con el pulgar la lagrima de su hija.
-Te amo Amber- Dijo Alison, para volver a abrazar a su hija.
A su lado, estaban los hermanos Sellers. Quienes abrazaban a sus padres Elisa y Jack. Eran nuevamente una hermosa familia unida.
También estaban Dafne y Jane, su madre. Ellas evitaban llorar y en lugar de eso no podían dejar de sonreír como divas y cerciorarse de que la otra estuviese bien.
Carl, el padre de Riven, apretujaba a su hijo entre sus enormes brazos. Parecía incluso que en cualquier momento iba a romperlo. Costaba trabajo creer que eran familia. Si, ambos tenían el cabello dorado cobrizo. Pero Carl era un hombre musculoso y fornido, mientras que Riven parecía un escarbadientes de lo enclenque que era.
La madre de Blake, Jenn. No dejaba de darle besos a su hijo en el rostro. Y le hacía preguntas a la velocidad del viento, sobre si estaba herido, si le dolía algo, si había comido bien. Blake no respondía a pregunta alguna con palabras, solo se limitaba a mover la cabeza y llorar de la emoción.
El único que no tenía a quien abrazar, era Chad. El padre de Aurora, que sabía perfectamente lo que había pasado con su pequeña hija. Se mantenía un poco alejado de los demás mientras miraba al cielo con melancolía.
-Chad- Llamó Jack -¿Dónde...?-
-Es una heroína- Dijo Chad mientras una lagrima rodaba por su mejilla- Es mi pequeña heroína-
Blake se sobresaltó al no ver a su mejor amiga por ningún lado. Con la adrenalina del momento, no había notado que Aurora no había estado luchando contra Scarlett.
-¿Dónde está Aurora?- Su madre lo sujetó por los hombros e intercambio miradas con Chad- Mamá tengo que buscar a Aurora-
-Cálmate Blake por favor. Necesito que seas fuerte- Dijo ella mirándolo con tristeza. Ambos tenían el mismo tono de gris en los ojos.
-¿Fuerte por qué?- Preguntó Blake confundido.
Entonces ellos lo entendieron.
-Aurora...- Dijo Chad con pesar- Ella tuvo que sacrificarse para ayudarlos. Al hacerlo les dio su poder por un segundo, así ustedes podrían derrotar a la oscuridad- Chad no pudo soportar las lágrimas. Sus dos amigos Jack y Carl se acercaron a él para abrazarlo.
Toda la felicidad del momento se rompió. Aurora era el espíritu. Y ella había hecho todo lo que fuese necesario para que los demás fuesen felices.
Amber se aferró a su madre mientras lloraba. Elijah y Brooke se abrazaron entre sí. Dafne escondió su rostro entre sus manos. Riven aún no podía comprender como Aurora había hecho semejante acto. Blake estaba destrozado. Sentía que no había hecho lo suficiente.
-No- Dijo entre lágrimas- No puede ser. Ella no- Dijo Blake- Yo debía cuidarla, le prometí que la protegería. Era mi mejor amiga-
-Blake- Dijo Chad- No es tu culpa. Aurora... ella lo hizo por ti. Por todos nosotros, por ustedes. Ahora lo importante es recordarla como una heroína, y seguir adelante. Es lo que ella habría querido ¿De acuerdo?-
-Es injusto- Dijo Blake aferrándose a la cintura de su madre.
Chad buscó algo en su bolsillo y saco una pequeña medalla de oro con forma de sol.
-Esto- Dijo Chad poniendo la medalla en frente de Blake- Era de Aurora, la compre para su nacimiento- Observó la medalla entre sus dedos un momento- Tómala. Es tuya- Dijo dejando la medalla en las manos de Blake.
El pequeño miró la medalla y luego a su madre. Negó con la cabeza.
-No- Dijo- No es correcto. Usted es su padre. Debe conservarla- Dijo estirando la mano para devolverla.
Chad cerró la mano de Blake para que tuviese la medalla.
-Como su padre, sé que habría querido que la conservaras... prométeme que la cuidaras. Y cada vez que necesites a Aurora, solo mira la medalla. Ella estará contigo pase lo que pase ¿Lo prometes?-
A pesar del dolor profundo que sentía, Blake pudo sonreír.
-Lo prometo- Dijo apretando la medalla contra su pecho, y sintiendo que Aurora estaba allí junto a él sonriendo.
Ay. No lloren pequeños lectorcitos. Aurora esta en un buen lugar.
Falta un epilogo ademas. Y se que les va a gustar.