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CARSON


"La vida le preguntó a la muerte:
¿Por qué la gente me ama, pero te odia a ti?
La muerte le respondió: porque tú eres
una hermosa mentira y yo soy una dolorosa verdad."



Tomé una profunda exhalación antes de soltarla a la vez que asesté un golpe certero al saco de boxeo, intentando liberar algo del estrés que me carcomía. El deporte me ayudaba a no tener que pensar demasiado; todo era metódico y rítmico. Aunque me encantaría que pudiera devolverme los golpes.

No recordaba a qué hora bajé a mi gimnasio particular, pero sentía la piel caliente, el corazón agitado, las extremidades pesadas y el cuerpo lleno de sudor, haciendo que el pelo se me pegase a la frente y que tuviera que echarlo hacia atrás cada dos por tres, dificultando el ejercicio.

Los pulmones me ardían y la boca comenzó a saberme a metal, lo que al instante me hizo recordar que deberíadejar de fumar. Pero no lo haría, no le daría el gusto a ninguno de los dos.

» Carson, tienes que dejar de fumar, hará que pierdas rendimiento.»

» Podrías haber sacado mejor nota en ese examen, Carson. Tienes que esforzarte más.»

» Tienes que comer más verduras. Perderás condición física sino te alimentas mejor.»

» Carson, tienes que sonreír.»

» Tienes que ponerte esa corbata, te quedará mejor.»

Le aticé otro puñetazo al saco, y otro más, hasta que los nudillos me ardieron bajo los guantes y me dolió la mandíbula de tanto apretar los dientes. El saco comenzó a agitarse con violentas sacudidas, provocando que la cadenaque lo sostenía al techo se bamboleara peligrosamente.

» Sé agradable.»

» No puedes llegar a casa después de las tres.»

» Tienes que entrenar más horas.»

» Tienes que mantener un perfil bajo en los medios. No puedes dejarnos en ridículo.»

» Vete a hablar con ella, será un buen partido para tu futuro.»

» No puedes traer chicas a casa.»

» No puedes salir con esa chica, no está a tu altura.»

» No puedes emborracharte.»

» Tienes que ser puntual.»

» Tienes que ir a tu clase de equitación.»

» Debes aprender a tocar el piano. Es de buen gusto.»

» Aprende a comportarte.»

» Debes ser perfecto, siempre.»

Perfecto. Perfecto. Perfecto... ¿¡Es que no se habían dado cuenta de que nadie era perfecto!? Claro, excepto ellos. Mis queridos padres siempre eran perfectos, la pareja perfecta con la casa perfecta, el trabajo perfecto, el aspecto perfecto, la familia y el hijo que pretendían que fuera perfecto.

«Lo lamento, papá y mamá, tenéis un hijo jodido e imperfecto.»

La música rebotaba en las paredes del gimnasio, manteniéndome concentrado en golpear, dar puñetazos, patadas y al mismo tiempo mantener la respiración regular para no desfondarme antes de tiempo.

Bueno, quizá sí que fuera perfecto en algo; era un perfecto mentiroso al fingir que era perfecto en todo lo que meproponía.

Eso sí que era perfecto y lo demás tonterías.

TWISTED LIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora