CARSON
"Fuimos, quizás, un pedazo de
instante que quiso ser eterno."M. SIERRA VILLANUEVA
El día que se celebró el funeral de mi abuelo amaneció con el cielo oscuro, avecinando una de aquellas tormentas que tardaban en amainar. Siempre había pensado que no se debía enterrar a una persona un día de sol, sino que el tiempo debía acompañar al estado de ánimo que ameritaba la situación.
Los cementerios me resultaban un lugar de paz en el que podía reflexionar sobre el propio sentido de la vida, un sitio donde vagaban miles de almas, algunas que habían conseguido la paz y otras que seguirían vagando por el mundo mortal hasta encontrar su camino.
Fue una ceremonia pequeña y familiar bajo el abrigo de los paraguas para refugiarse de la tenue lluvia. Solo acudieron los familiares más cercanos como la tía Louisa, Mina, Herman y el tío Frederick entre sus amigos más allegados; la prensa nos dio algo de tregua, aunque solo fuera por un par de horas.
Permanecí durante la velada en silencio con la mirada pérdida en cada tediosa gota que repiqueteaba sobre la madera del ataúd, escuchando a Mina sollozar quedamente con un pañuelo en los labios. Me hubiera gustado consolarla, pero si abría la boca lo estropearía. Todo se rompería junto con mi promesa de mantenerme en calma a pesar de que por dentro me estaba consumiendo como una vela.
Era posible que incluso cuando me dieron la noticia de que había fallecido no me la creería porque no lo había visto, pero ahora el dolor era aplastante, era la aplastante realidad de que nunca más volvería a verlo, y podían decir lo que les diera la gana, pero los recuerdos no eran un alivio para mantenerlo vivo, porque mientras siguiera latiendo en tu corazón seguiría vivo en tu memoria.
A veces era mejor que sencillamente la persona muriera junto al recuerdo que tenías de él y que dejara de doler, pero si no doliera no seríamos humanos.
No sé cuánto tiempo pasó cuando el sacerdote terminó la misa. No sé la gente que ni siquiera recordaba me dio las condolencias entre susurros incomprensibles, apretones en el hombro y palabras de comprensión que ni siquiera fui capaz de contestar.
Lanzaron rosas rojas mientras bajaban el féretro mientras pensaba que Abraham odiaba las rosas rojas: le gustaban las negras.
En algún momento me quedé solo, abandonado bajo la lluvia que comenzó a mojarme el abrigo y el cabello. No me importaba. Parpadeé varias veces para contener las lágrimas que amenazaron con salir.
No iba a llorar, iba a concederle ese último regalo.
«A todos nos llega la hora en algún momento, muchacho. Y no es algo por lo que se deba llorar, sino que es final de un camino y el comienzo de otro nuevo», me dijo alguna vez cuando tuvimos que enterrar a Tina, la perra de Maddie.
La muerte era un camino al que todos llegábamos tarde o temprano, sin importar la edad, el poder o el dinero. La muerte no hacía distinciones, solo se cobraba las vidas de quienes les tocaba su hora.
Tragué saliva con dureza cuando alguien me cubrió con un paraguas y me cogió la mano libre con suma delicadeza, entrelazando nuestros dedos en una combinación que recordaba.
Lancé la rosa negra junto a las rojas, creando un contraste de colores que producía escalofríos, como si el negro robara la atención debido a su belleza, esa clase de belleza que muy pocos comprendíamos.
Desvíe la mirada para encontrarme con una sonrisa de labios magenta, pómulos altos y las casi invisibles pecas que salpicaban el contorno de su nariz: idénticas a las mías. El flequillo le cubría cierta expresión del rostro, pero sus ojos seguían siendo los mismos que recordaba, tan exóticos y vivos como de costumbre. Uno de intenso color azul como el de mamá mientras que él otro estaba veteado por cientos de motas grises que se fundían con el azul.
Tomé un mechón de su cabello azabache y la saludé con la mirada, ganándome una de esas miradas que me hacían sentir único en el mundo.
En ese momento, volví a sentirme completo.
—Ich vermisse dich, Boo —dijo con una sonrisa.
FIN DEL SEGUNDO LIBRO.
Capítulo dedicado: DeBeLassal
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TWISTED LIES
Fiksi Remaja[LIBRO I y II] Harper no siempre ha tenido las cosas fáciles. Tras la muerte de su madre se traslada a Londres con su familia en busca de una nueva vida donde conseguir dejar el pasado atrás. Quiere encontrar la forma de vivir en paz, pero sus expec...