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HARPER

"Cree sólo en la mitad de lo que veas y en
nada de lo que escuches."



—¿Seguro que estás bien? —me preguntó el pelirrojo de nuevo, haciendo que volviera a mirarlo a los ojos, a pesar de que en cualquier otra situación no me hubiera atrevido.

Me sorprendió ver auténtica preocupación en ellos. Asentí con un gesto de la cabeza, cohibida ante la atención queme estaban prestando medio millar de ojos de personas que ni siquiera me conocían; me aturdía. Y caí en la cuenta de que me estaban mirando con un interés morboso, aunque no terminé de comprender el por qué.

Nunca me había gustado llamar la atención.

—¡Ya está bien! ¡El espectáculo se ha terminado! —exclamó el instructor dando palmadas para espabilarlos, haciendo que comenzaran a dispersarse—. Yo me encargo, Luke —añadió con la voz más calmada hacia el chico a mi lado—. Y tú será mejor que vayas a la enfermería a mirarte ese golpe.

Este asintió y se dio la vuelta para marcharse.

—¡Espera! —pedí—. Muchas gracias, Luke —murmuré con las mejillas calientes por la vergüenza. Me regaló una media sonrisa encantadora.

—No ha sido nada...

—Harper, Harper Baker —me presenté.

—Pues no ha sido nada, Harper Baker —repitió. Sus labios se curvaron en una bonita sonrisa que provocó que me costara mirarlo a los ojos. Ahora que lo tenía tan cerca y la adrenalina no corría por mis venas me di cuenta de lo guapo que era; el brillante verde avellana de sus pupilas y sus facciones tiernas.

—Yo me encargo —aludió Addie, a lo que el instructor asintió antes de retirarse.

Luke se despidió con un gesto de la cabeza y regresó con su grupo de amigos. Tragué saliva mientras lo observaba sin recibir una respuesta, hasta que en un fugaz instante me miró por encima del hombro y me guiñó un ojo.

—Lamento lo que acaba de pasar, Harper —murmuró Jackson, avergonzado. Volví la mirada para descubrir que su rostro estaba a caballo de la vergüenza y la indignación.

—Espero que no te estés disculpando por ese idiota —lo advirtió Addison con los ojos llameantes de pura rabia.

Jackson se encogió de hombros y suspiró, resignado mientras se frotaba la nuca.

—Harper se merece una disculpa y sé que Carson no se la dará ni aunque le paguen — repuso con tranquilidad, como si estuviera acostumbrado a ser su intérprete cuando él metía la pata.

No comprendía cómo un chico tan agradable y considerado como Jackson podía ser amigo de alguien tan cretino como Carson. En serio, jamás lo entendería. Lo que más me había sorprendido fue su preocupación hacia mí, pero de repente, como si se hubiera arrepentido de ser considerado, me dejó tirada como si no le importara.

Addison puso los ojos en blanco y bufó, exasperada. Me agarró de la mano como si fuera una niña pequeña y me guió fuera del aula con Jackson a su lado.

—Yo me despido aquí, chicas: iré a ver cómo está el capullo de Diedrichs —anunció Jackson con una media sonrisa.

—De acuerdo, nos veremos en Inglés —murmuró Addison.

Me mordí el labio inferior, avergonzada cuando Addy lo tomó de la camisa en un puño y lo acercó a ella para dejar un beso en sus labios que los hizo sonreír.

La situación me pareció de lo más cómica cuando al ver unos cuantos pares de ojos mirarlos como si acabaran de descubrir la octava maravilla del mundo; eso me hizo saber que nadie estaba al corriente de que tenían alguna clase de relación. Tampoco eran novios en el sentido estricto de la palabra, pero tenía la sensación de que no tardarían en dar ese paso.

TWISTED LIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora