Llega una nueva princesa a Corea del Sur...Lalisa Manoban se verá obligada a elegir entre seis hermanos...pero aparece el séptimo: Jeon Jungkook, héroe de batallas contra Tailandia. ¿Podrá el amor apagar la sed de venganza en el menor de los hijos d...
-¿Cómo amaneció, alteza- Jennie apaga las velas y abre una ventana.
-Perfectamente- me estiro y la miro sonriendo-...no creí que estas camas tan extrañas y duras me hayan gustado.
Reímos y me lleva a los aseos. Hwasa, la chica que salvé ayer, aparece con una bandeja de desayuno ya probado por ella misma.
En Tailandia hacen lo mismo.
-Vistámosla, alteza.
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-Su padre ha ido a Jeolla- me informa Jennie.
-¿Junto al rey?.
Asiente y me estremezco. No quiero estar bajo este techo sin los reyes y con una amenaza anti-tailandeses tan cerca.
-Quiero dar un paseo- les informo a ambas.
Salimos por las puertas traseras del palacio y nos esperan tres caballos. Jennie se asegura de darme una espada y botas de cuero. Cabalgo lejos admirando cada detalle.
El bosque aquí es diferente, muy verde incluso en verano. El viento nunca deja de soplar. Por suerte llevo el cabello recogido.
-¡Chicas!- grito junto al río.
No escucho los galopes y me alarmo. El caballo blanco me lleva de nuevo hacia atrás, pero es imposible verlas entre tanto follaje o escucharlas por el ruido del agua descendiendo en el río.
-¡Vuelve aquí, mocoso!.
Ese grito me hace dar la vuelta al río. Hay una pelea entre cinco y me alivio de que no sean Jennie y Hwasa. Cuando estoy a punto de alejarme caigo al suelo. El caballo se ha desparramado en el suelo y veo la sangre salir disparada de su cuello. Me dan harcadas y ahogo un grito.
Una espada roza mi cuello. Levanto la vista para encontrarme a un hombre envuelto en un hanbok muy malgastado.
-Camina, preciosa.
Obedezco nerviosa.
-¡Mira los que tenemos aquí!- grita el que me lleva prisionera y todos dejan de luchar.
