My heart is on fire for you (Terminada)

XLV

Lisa

-Su alteza, el príncipe Jin Young me ha pedido que la lleve al pueblo cercano.

-Gracias por la oferta, Soo Jin, pero prefiero quedarme a ver las peleas.

Ella solo frunce los labios y se marcha con mi ropa de dormir sucia.

Me miro al espejo. Ha sido muy difícil esto de adaptarme a un nuevo estilo de vida, pero aquí con Jin Young me siento más libre, él tiene sus propias leyes en este Palacio.

Acomodo mi trenza hacia un lado cayendo sobre mi hombro y me levanto de la silla del tocador.

Se ha hecho habitual en mí entrenar todos los días junto a los soldados. Recuerdo cuando de pequeña lo hacía a escondidas de mis padres.

Todos por los pasillos me hacen una larga reverencia.

Llego al patio con rapidez y bajo los escalones de dos en dos hasta el sitio de donde proceden los gruñidos y los quejidos.

-¡Vamos, Jin Young!- es lo primero que escucho antes de colocarme en el círculo que forman los hombres.

El chico que me ha traído hasta aquí lucha con la espada contra uno de sus soldados. Se mueve con agilidad y precisión, sin dudas es uno de los mejores guerreros que he visto.

Tira la espada del contrario y todos aplauden entre vítores. Yo sonrío y nuestras miradas se cruzan.

-Gran entrenamiento, chicos. Nos vemos- se despide dando palmadas en los hombros de los soldados.

Todos a mi alrededor se dispersan y Jin Young camina hacia mí guardando su espada.

-¿Cómo amaneció, alteza?- toma mi mano y deja un beso en el dorso.

Niego ante su educación intachable.

-Muy bien. ¿Y tú?- le hablo sin honoríficos y sonríe.

-Perfectamente. ¿Quieres entrenar?.

No hace falta que lo pregunte dos veces para que ya tenga mi arma fuera. Caminamos en círculos esperando a que el contrario haga un movimiento.

Soy la primera en lanzarme sobre él. Ambos reímos ante las trampas que hace el otro pero el final es inesperado.

Jin Young me ha entrenado por un largo tiempo. Me ha elogiado por ser tan buena contrincante pero siempre terminaba perdiendo y justo ahora el tablero está al revés porque he colocado el filo de la espada contra su garganta.

Sonrío satisfecha.

-Te he ganado- le digo sin aliento.

Él asiente y baja la mirada a mis labios. Sé lo que quiere, sé que me desea hace mucho, pero antes debo aclarar mis sentimientos y eso tiene que ser ya.

Me aparto frunciendo los labios y desvío la mirada. Jin Young aclara su garganta y guardamos las espadas como si nada.

-Vamos a por agua- dice y asiento caminando tras él.

Llegamos a la fuente y nos sentamos en los escalones que dan a la entrada de la cocina.

-Al fin me has derrotado.

-El alumno supera al maestro- digo orgullosa y bebiendo del pequeño cuenco de madera.

-Creo que ya estás preparada.

Enarco una ceja pero él no se explica. Flexiono las piernas y coloco los codos sobre las rodillas. Suspiro y tomo fuerzas para tocar un tema delicado.

-¿Puedes hablarme de Kaosong?.

Jin Young para de beber y me mira sorprendido pero oculta esa sorpresa con rapidez. Eso es otra cosa que me ha enseñado: a ocultar mis sentimientos en segundos.