Llega una nueva princesa a Corea del Sur...Lalisa Manoban se verá obligada a elegir entre seis hermanos...pero aparece el séptimo: Jeon Jungkook, héroe de batallas contra Tailandia. ¿Podrá el amor apagar la sed de venganza en el menor de los hijos d...
Apenas abro los ojos Jennie deja el desayuno a mi lado. Solo he dormido un poco.
-¿Sabes cuándo se va?- le pregunto refiriéndome a Jungkook.
Su noticia de ayer me ha dejado tocada. Justo en mi cumpleaños.
-Los soldados ya se están preparando en los establos.
Cierro los ojos con fuerza ante el dolor en mi pecho. Comienzo a arreglarme. Jennie abre la puerta para que salgamos y se asombra.
-¿Qué ocurre?- me acerco a ella.
-Han dejado esto- me muestra un pañuelo de color azul oscuro.
-Ábrelo- me obedece y dentro hay un tocado.
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-Oh, esto lo tenía el noveno príncipe anoche, me preguntó si a usted le gustaría.
Eso me llega al alma. ¿Me ha regalado un tocado?. Es muy atento por su parte ya que me encantan los adornos para el cabello. Una lágrima se me escapa. De seguro lo dejó allí porque ayer no quise volver a verlo.
Soy tonta. Se marchará y estaremos así. Rebusco en los cajones y tomo uno de mis lazos de seda, uno amarillo.
-Ahora regreso- le digo a Jennie.
Corro para que me de tiempo a verlo antes de que se vaya. Justo llego a las puertas traseras cuando las abren con el propósito de que los soldados salgan.
-¡Jungkook!- paso de largo junto a los monarcas: los príncipes y el rey.
Me mira sorprendido y luego baja de la yegua. Tomo aire antes de hablarle cuando me acerco.
-Yo...lo siento- digo conteniendo las lágrimas.
Él niega.
-Toma...- le extiendo el lazo-...perdiste el anterior.
Me mira y sonríe a duras penas. Hace un nudo alrededor de su muñeca con mi regalo, justo donde está la pulsera roja.
-Regresa, por favor- dejo escapar las lágrimas.
Me lanzo a sus brazos y me estrecha con fuerza. No me interesa que el mismísimo rey nos esté viendo.
-Te amo- susurro a su oído.
-Yo también te amo, hermosa.
Sonrío entre el llanto y nos separamos.
-Volveré, te lo prometo.
Asiento ya que si digo otra palabra caeré al suelo por el dolor. Sube al animal y se pone en marcha tras los soldados. Se gira antes que cierren las puertas y me sonríe. Jennie se acerca para servirme de apoyo mientras me desahogo, no quiero que esta sea la última vez que nos veamos.
Ha pasado una terrible semana terrible. No para de llover y en las noches hace un frío tremendo. Solo de pensar que Jungkook tiene que acampar a la intemperie me aflijo.
Durante la cena mi padre y el rey hablan animadamente. Jisoo y Chae Young se ocupan de que coma algo, aunque no tengo apetito.
-¿No han habido noticias del estado de la guerra?- pregunta Jimin oppa.
-No, hijo. Solo sabemos que están en las fronteras.
Bebo agua y juego con la comida en el plato.
-Quizás debamos ir preparando el funeral general- propone Yoongi y levanto la vista.
¿Funeral general?. Hasta mi padre frunce el ceño cuando Federic le traduce.
-Es un día festivo donde celebramos por el esfuerzo de los caídos en combate- aclara el rey..
-Debemos traer la caja real...Jungkook podría estar muerto ya- comenta Yoongi sin expresión.
Dejo caer los palillos contra la mesa ante el temblor de mis manos.
-Él no está muerto- digo con decisión.
Jungkook jamás dejaría que acabaran con él. Es muy inteligente.
-Jungkook es uno de los mejores soldados, sabe perfectamente pelear...
-Los de Guryu tienen cañones ofrecidos por el gobierno inglés, fácilmente pudo haber volado por los aires con un cañonazo- me interrumpe Yoongi.
Golpeo la mesa.
-Deja de hablar así, es tu hermano.
-Tú no eres nadie para decirme cómo tengo que hablar- dice y se retira de la mesa.
Me entran náuseas y respiro profundo.
-Yo...lo siento- murmuro y corro hasta mi habitación.
Mi padre entra minutos después. Guardo el tocado y me siento para escucharlo.
-Creí que me habías pedido que el noveno príncipe no estuviera entre los candidatos y ahora...
-Las cosas cambiaron, padre.
-Pues vengo a darte una noticia que va a dificultar las cosas.
-¿Qué noticia?- frunzo el ceño.
-Me iré a Tailandia al final de esta semana...y para ese día ya debes estar casada con un heredero.
Abro los ojos de par en par.
-Pero...estoy esperando por Jungkook.
-Lo que dijo el príncipe era correcto, no sabemos si sigue vivo.
-¡Sí lo está!. ¿Por qué le desean la muerte con indirectas?.
-No es eso, Lalisa. Antes que todo eres una princesa, con deberes, y antes que tu padre soy el rey.
-Pero...
-Ya elegimos a uno. Quiero que seas la reina lo antes posible por lo que nos decidimos por el primer príncipe.
Me levanto de la cama.
-¡No me casaré con el príncipe Jin!. Jungkook volverá y...
-No estás entendiendo. No me interesa que esperes, si ese que piensas amar llega antes que me marche los dejaré casarse, pero mientrad estos son los planes y desde mañana comenzarán los preparativos.
-Padre, no me haga esto.
-Lo siento, Lalisa, pero es tu obligación.
Se gira para marcharse y aprieto los puños.
-¡No me casaré con nadie que no sea él!. ¡Me mataré antes de entregarme a otro hombre!.
-Si te atreves a atentar contra tu vida culparé a Jennie y la mandaré a decapitar en la plaza.
Reprimo un chillido cubriendo mi boca.
-¡Soy tu rey!. Se cumple lo que imponga. Te casarás con el primer heredero.
Sale de la habitación y caigo de rodillas. Grito y lloro. Esto no puede estar pasando.
El viento golpea mi rostro. Estoy de nuevo sentada en el tejado en la noche buscando la luz de una antorcha que indique que Jungkook ha vuelto sano y salvo con su ejército. Mañana es el día de mi boda, debo besar e intimar con otro hombre en menos de 24 horas...y es que no puedo.
Al día siguiente mi cara no es la mejor. Tengo ganas de huir y culpar a Jungkook por irse a la guerra. ¿Y si en realidad murió?. Ayer llegaron algunos soldados gravemente heridos y dijeron que casi no habían personas en la frontera, que las tropas de Guryu fueron vencidas pero le costaron la baja de más de medio ejército.
He ido a la cueva mil veces, incluso he andado por los alrededores. Jennie me ha servido de cómplice para preguntar por los hogares de los campesinos por Jungkook o algún sobreviviente.
Pero siempre al final estoy en un callejón sin salida...
