XXVI

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Lisa

¿Por qué me mira así?.

¿Está enojado?...¿sucede algo?.

-¿Jungkook?.

Sus ojos se oscurecen y entreabre los labios soltando un largo suspiro que más bien parece gruñido.

Camina lentamente hacia mí. Supongo que también quiere del chocolate. Toma asiento a mi lado y coloca una mano en mi cintura.

-Te pregunté si querías- susurro perdida en su mirada.

Justo ahora tiene un aura peligrosa que a cualquiera no le gustaría presenciar.

-No, gracias- susurra con voz ronca y sensual.

-Pero...

-Cómelo tú, Lalisa.

Frunzo el ceño y me llevo otro pedazo de tarta a la boca. El chocolate se deshace y emito un sonido de puro gusto. Cuando abro los ojos pues los había cerrado ante el gusto de probar algo dulce veo a Jungkook sosteniendo otro manjar.

-Abre la boca- ordena-...muerde solo la mitad y mantenlo ahí.

Hago lo que me pide confundida. Mi corazón se dispara cuando descubro que su motivo era el de comer de mi boca. Nuestros labios se rozan y comienza a masticar con una sonrisa.

-Mucho mejor...así sí quiero.

-Tú eres...

Se inclina hacia adelante colocando ambas manos a cada lado de mis caderas sobre la cama.

-¿Yo soy qué?.

Tengo escalofríos ante el tono de su voz.

-Un tonto- la voz me sale en un susurro.

-Este tonto quiere que te desnudes.

Me atraganto con mi propia saliva pero algo me hace volver a la realidad. Tomo a Jungkook por la camisa y me siento a horcajadas encima de él. Se ve que se ha sorprendido por mi acto.

-¿Dónde estabas?.

Se queda en blanco y aparto sus manos de mis muslos.

-Estuve por ahí.

-No mientas, me habías dicho que necesitabas ir a un sitio y ya llevabas fuera una hora. ¿Dónde estabas?- repito la pregunta.

Jungkook desvía la mirada.

-¿Estuviste en la casa de la señora Choi?- pregunto asustada.

Si él me llegase a engañar no sé cómo reaccionaría.

-No...estaba con mi madre.

Frunzo el ceño y ladeo la cabeza.

-¿Qué?.

-Fui a ver la tumba de mi madre. Hacía mucho que no pasaba por allí.

Mi corazón se enternece.

-¿En serio?.

-Sí, pero no quiero hablar de ello. Vamos a tener sexo justo ahora.

Golpeo su pecho y reprimo mis ganas de reír.

-¿Qué pasa si no quiero?- me cruzo de brazos.

Sus manos vuelven a acariciar mis piernas desde las rodillas a los muslos. Evito darle a demostrar que me afecta.

-Oh, vamos, Lalisa.

-¿Recuerdas que todo no se puede...

-...hacer cuando yo quiera. Que debo respetar tus decisiones- me interrumpe y termina con una sonrisa.

My heart is on fire for you (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora