My heart is on fire for you (Terminada)

XXVII

Lisa

Doy vueltas de un lado a otro dentro de esa cueva. ¿Dónde está Jungkook?. ¿Acaso lo hirieron?.

Siempre que me alejo de él algo le pasa. Intento agudizar la audición en busca de pisadas pero nada.

Dios mío, voy a volverme loca.

Me siento sobre el suelo con uno de los cuchillos en la mano. Tengo miedo, sí, mucho miedo.

Jamás he sido de asustarme fácil, es más, rescaté a Kunpimook una vez cuando se subió a un árbol y lloraba porque no podía bajar, o la vez que saqué la serpiente de la cocina con diez años, ni siquiera Jungkook me daba miedo en nuestra temporada de odio total.

Pero eso ha cambiado, lo ha hecho desde que sé que tengo una vida dentro por la que debo velar antes. Ahora no soy yo, es este bebé, sea lo que sea, es mío.

Unos jadeos me ponen alerta.

Me levanto sigilosa pegándome a la pared. Pasa entre el agua una sombra toda desaliñada.

Levanto la vista y dejo caer el cuchillo. Sí, es Jungkook. Corro a abrazarlo pero se queja.

En un abrir y cerrar de ojos se desploma sobre el suelo de rodillas.

-Jungkook- acuno su rostro y sisea.

-Duele.

Me pongo tensa. Es la primera vez que lo escucho decir que algo duele. Miro hacia donde sus manos presionan. Está sangrando por el abdomen y supongo que ese cabello mojado es por el sudor y la lluvia.

-¡No tengo nada aquí, Jungkook!- me desespero mirando a todos lados.

-Lalisa- oh, no, sus labios están blancos, pálido como un cadáver.

-Jungkook, ¡abre los ojos!- comienza a cerrarlos.

Aparto su largo cabello que me impide ver su rostro con claridad. Intenta decir algo pero cae contra mí con la frente en mi hombro.

Pruebo a levantarlo como puedo. Pesa mucho y no me canso de repetirle una y otra vez que no cierre los ojos.

Lo dejo caer sobre la cama y se queja de dolor.

-Lo siento, lo siento.

Tomo una de las sábanas blancas y la rasgo con una fuerza que no creí tener.

-Siéntate, haz un esfuerzo.

Sisea y lo hace gritando. No me gusta ese sonido. Paso la tela por todo su abdomen y la ato en un nudo.

-Vengo ahora- susurro besando su frente.

-No- aprieta los dientes y cierra los ojos.

A cada segundo se revuelve por el dolor.

-Necesito encontrar algo para ayudarte. La bolsa que trajimos, eso.

-No, Lisa...soldados por...hay soldados por...todos lados.

-Jungkook.

-¡No!- grita y el esfuerzo lo deja temblando.

Corro fuera de la cueva, es muy terco y sé que me regañará pero esto es así, su vida.

Llueve como nunca y es difícil ver. Sorbo por la nariz a medida que el agua fría me hace temblar. Las espadas, los gritos, las pisadas...todo se escucha lejano.

Doy vueltas y vueltas intentando buscar el camino correcto por el que escapé de Jungkook hace un buen tiempo. Me dan harcadas al sentir el olor tan puro de la sangre mezclándose con el suelo mojado.