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|13 de octubre|

Y yo pensando que Jimin no sabía de mí...
Pensaba que se había olvidado completamente, alejándose de mí sin volver a dirigirme la palabra.

Por eso yo intentaba tapar mis miradas hacia él. Si Jimin no quería saber nada de mí, pues mejor no querer saber nada de él pero es inevitable...

Teniendo el papel entre mis dedos siento una figura pasar frente a mí rápidamente, saltando y girando por el pasillo con aparente alegría, saliendo por la puerta principal donde casi no quedan alumnos.

Mi sonrisa se amplía al reparar en la cabellera rosada que casi me arrasa en mi lugar, transmitiéndome su movida energía.

Salgo corriendo tras él, intentando alcanzarle para dar mi aviso de asistencia pero al llegar al camino de la entrada al instituto, ya no hay rastros del pelirosa.

Formo un puchero y bajo las escaleras de piedra, viendo el coche de mi madre estacionar a un lado de la calle.

Corro hasta allí y me siento en el sitio del copiloto, tras dejar que mi madre revuelva mi cabello.

-¿Y esa cara tan larga? ¿No has tenido un buen día? ¿Has inhalado demasiada pintura? ¿Has estropeado tu obra porque te has caído encima?

Río y le doy un pequeño golpe en el hombro antes de que arranque, dirigiéndose a casa.

-No es nada, mamá, simplemente me han invitado a una fiesta de cumpleaños y no tengo ni idea de qué comprarle a mi amigo.

-¿Cuándo es?

-Esta tarde, para quedarnos a dormir, no lo pienses mucho, ya sé que es repentino pero no me puedes decir que no vaya o saltaré por la ventana -hablo muy rápido y con seguridad para que mi madre me dé el visto bueno.

-Puedes ir, cariño. Si quieres quedarte a dormir, hazlo. No hay problema. Podemos salir a buscar algo para tu amigo ahora mismo. ¿A qué tantas ganas de ir? No habrá nada más, ¿verdad? -observo su perfil y la sonrisa cómplice que me otorga, haciéndome rodar los ojos.

-Tranquila, sólo voy a quedarme a dormir con unos cuantos amigos, no es nada.

Mi madre sabe desde hace tiempo que soy gay, se lo tomó perfectamente. Aceptó a mis anteriores novios con cariño, confesándome que ninguno le otorgaba la confianza suficiente.
Lo cierto es que a mí tampoco, no había nadie que me interesase lo suficiente para durar más de un par de semanas.
Hace tiempo que no estoy con nadie y ella confiesa que echa de menos que le cuente mis cosas sobre ese tema.
Pero yo no puedo forzar nada y ella lo sabe.
Mi padre preferís ignorar los amoríos de su hijo. Aunque supongo que no sólo ignora eso...
Y mi hermano... Bueno, él se queja porque según él mis parejas le robaban sus palomitas y parte del sofá.

En eso no tengo queja alguna de mi familia.

Acabamos aparcando no muy lejos del instituto, comiendo en una cafetería mientras le doy vueltas al regalo de Jimin. Soy estúpido... No sé lo que le gusta. Y no me haría gracia regalarle algo que ya tenga o que vaya a odiar.

Ahora que lo pienso... Invitará a más amigos, supongo. Es que ni conozco a sus amigos.

Debería haber hablado más con él. Definitivamente...

Pero bueno, dormiría con Jimin.
Ese pensamiento no se aleja de mi mente.

JK

• ᴊᴋ... ʟᴏᴏᴋ ᴀᴛ ᴍᴇ! • ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora