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|22 de diciembre|

El fin de semana pasó rápido. Vimos una película tras otra hasta terminar las ocho de Harry Potter y las dos de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos.

La señora Jeon y Junghyun estuvieron durante casi todo el maratón. Tampoco nos importaba, acabamos teniendo discusiones entre los cuatro al ver que cada uno era de una casa distinta, siendo el mayor de los Jeon un Hufflepuff y la madre de ambos una Ravenclaw orgullosa.

Los tres integrantes de la familia seguían sin creerse que yo fuese Slytherin, pero bueno, será mejor dejar de lado Harry Potter durante un rato.

El sábado por la mañana aparecimos todos en la cocina vestidos de rojo, como ya me había informado Jungkook que se hacía en su casa, días antes de Navidad. Me alegraba estar con ellos para disfrutar esos momentos.

Él y yo no volvimos a comentar lo ocurrido en su habitación, cosa que agradecía enormemente.

No sé qué me pasó... Yo quería, todo mi cuerpo lo pedía a cada momento y tenía la oportunidad, pero de un momento a otro ya estaba alejado de él sin saber por qué había reaccionado así.

Ese sábado por la mañana, antes de cambiarnos, fue cuando el castaño me besó en medio de la habitación después de haberle pedido perdón de nuevo. Hubiese sido algo completamente normal y que yo agradecía recibir, de no ser por la foto que nos tomó Junghyun, como todas las mañanas en las que me quedaba, acechando en la puerta antes de desayunar.

Esa misma tarde, recostado en el torso de Jungkook, mientras buscaba en su teléfono a saber qué dato sobre algún elemento de la mágica saga, pude ver que la foto estaba en su fondo de pantalla.

Me la acabó enviando tras suplicar, después de sus negativas, y dejar besos en sus mejillas y labios para conseguirla.

Ni siquiera se nos veía la cara pero éramos nosotros y lo sabíamos, eso era lo que importaba.

Ahora simplemente puedo permitirme apreciar su rostro con el sol iluminándolo de lleno, su cabeza en mis piernas, mis dedos recorriendo su cabello y sus manos sosteniendo la caja de pequeñas galletas que iba alternando entre sus labios y los míos,...

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Ahora simplemente puedo permitirme apreciar su rostro con el sol iluminándolo de lleno, su cabeza en mis piernas, mis dedos recorriendo su cabello y sus manos sosteniendo la caja de pequeñas galletas que iba alternando entre sus labios y los míos, a cada poco.

-No quiero más -cierro los labios cuando acerca el dulce a estos e intenta que abra la boca hasta que me llena la mitad de la cara con la galleta medio destruída.

-Sí quieres, Mochi. Aún quedan muchas, no las voy a acabar solo.

-Es tu problema...

Escucho su queja adormilada como cada una de sus palabras, por las caricias en su pelo.

-Jungkook, tenemos la última clase con Jin antes del festival, quedan dos días, no te puedes dormir que en nada toca el timbre.

• ᴊᴋ... ʟᴏᴏᴋ ᴀᴛ ᴍᴇ! • ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora