• ᴊᴋ... ʟᴏᴏᴋ ᴀᴛ ᴍᴇ! • ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ

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|31 de diciembre|

Un último vistazo en el espejo y agarro mi bolsa, con muda para mañana, todo lo necesario para el aseo que no esté asegurado que nos vayan a dar en el hotel y, debajo de todo eso, el corset negro, esperando para ocupar su lugar en mi cintura.

Desde que hyung me lo regaló no he dejado de probármelo, ya fuese con una camiseta de pijama, cualquier prenda que me pusiese para estar en casa, o simplemente sobre mi piel al descubierto, sin evitar sonrojarme al pensar en que alguien, preferiblemente Jungkook, me pudiese ver tal y como me estaba reflejando mi espejo.

También probé con la camisa que llevo puesta ahora mismo y no se veía tan mal como pensaba que lo haría, pero seguía dándome algo de vergüenza. Aunque la seguridad que me falta me la otorga el nuevo color en mi cabello, peinado hacia un lado de una forma que me hace querer saltar de alegría. Realmente no esperaba que quedara tan bien.

Fue demasiada mi suerte al haber podido hacer una videollamada con Taehyung y Yoongi para que me ayudaran como dijeron que harían; como no podían prepararme físicamente por lo menos estarían al otro lado de la pantalla para guiarme, Taehyung dándome todos los consejos para poder maquillarme y peinarme bien y Yoongi simplemente viendo y riéndose de mis caras mientras lo hacía. No me preocupaba que pudiesen entrar mis padres, Tae se desconectaría y se convertiría en una videollamada normal con el amigo que su hijo que más aprecian. Tal vez me harían enseñarles que no podía tener ningún contacto con el castaño pero se quedaría todo tranquilo.

Doy una vuelta sobre mí mismo, antes de mirar a mi gato sobre la cama y escuchar un maullido por su parte. Sonrío y salgo de mi cuarto, escuchando su patitas chocar contra el suelo mientras me sigue.

Apuro hasta llegar a la puerta y poder marcharnos lo antes posible pero al llegar a la entrada, veo a mis padres vestidos más cómodamente que la forma con la que acostumbran salir.

Formo una mueca, totalmente extrañado, comenzando a asustarme porque me vayan a decir que no en el último momento.

-Jimin -me llama mi madre para que me acerque a ellos-, nos daba pena que fueses solo así que encontramos una pareja. Sus padres son amigos de hace mucho y nos pareció conveniente que su hija y tú os conocieseis mejor, hacéis una linda pareja. Estarán a punto de llegar, quedaron en llevaros y mañana os recogeremos nosotros, cuando la veas entenderás por qué nos gustó para ti.

-¿Por qué intentáis emparejarme con esa chica cuando sabéis perfectamente que soy gay y que me gusta Jungkook?

Ya no me importa decirlo, la cosa no puede empeorar más.

-No digas eso aquí ni en ningún sitio. Al parecer esa chica tiene algo así como lo que pareces tener tú. Sus padres y nosotros pensamos que juntándoos podréis centraros y terminar con vuestro problema.

-Cuando dejéis de tratar como un problema que me sienta atraído por un chico, hablaremos sobre chicas, ¿vale?

El timbre no les da tiempo a responder y en ese momento sólo pienso que es un alivio que haya sonado.

Mi padre me da una mirada de advertencia que no me asusta para nada antes de ir a abrir la puerta en compañía de mi madre y saludar a una pareja de su misma edad aproximadamente.

Me obligo a apretar los labios para no reír al escuchar el bufido de Mini dirigido hacia mi padre, creo que le eduqué bien.

-Tú debes de ser Jimin -la hombre de la pareja me tiende la mano y se la estrecho por mera educación, plasmando una sonrisa falsa en mis labios hacia su mujer.

-Nuestra hija viene ahora, estaba algo nerviosa y quería unos segundos a solas.

Poco después de terminar de hablar una tercera figura cruza la puerta y abro los ojos sorprendido al ver a la chica.