Salió del baño y tan pronto cuando pisó fuera, sintió el peso de un cuerpo contra el suyo. Alguien lo había empujado.
—¡Lo lamento, en serio! —era una chica, Bruno recordaba vagamente su rostro. Uuna de las amigas de David—. No fue mi intención, Bruno.
Bruno negó, antes de que pudiera decir algo, David apareció.
—¿Estás bien, Bruno? —se acercó y le extendió una mano, ayudándolo a levantarse.
Casi se le sale el corazón por el tacto de sus manos juntas, pobre.
—Sí, no fue nada. Estoy bien —sacudió su ropa, restándole importancia.
Tanto David como Bruno se dieron cuenta que sus manos seguian juntas, se pusieron rojos y soltaron su agarre. La chica se les quedó viendo raro, pero no dijo nada. Ella se levantó sola, por su cuenta. Se sentía una extra en esa situación.
—Bueno, Bruno —sacude su falda escolar, luego tose llamando la atención de los chicos—. De nuevo, lo lamento.
—¡No hay problema! —dijo Bruno, ahora más nervioso de lo normal.
David le regaló una mirada fea a la chica.
—Carmen, debes tener más cuidado —comentó David, se notaba irritado.
Carmen tarda en procesar la situación en que estaba, Miró a David y luego a Bruno. Así se queda un rato más hasta que entendió todo.
—Oh, claro —dijo con una sospechosa sonrísa grande—. ¡Lo haré sin duda! Nos vemos luego, debo ver a Jennie —ella se despidió, coqueta. Le dió un giñó a David, él se pone rojo.
—Que raro —comentó Bruno sin entender.
—Ignórala, ella está loca.
Bruno asintió inocentemente, siendo ignorante de todo su alrededor.
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El miedo de Bruno
RomanceDrama, inseguridades y una pizca de dulzura, la vida de Bruno es como cualquier otra de un adolescente de dieciseis años. Pero hay algo que le tiene miedo: David, su compañero de clase, y no es del tipo de miedo del cual se imaginan. Esta historia e...