Hay una nueva noticia: el tío Fer se consiguió un novio. Lo supieron en el instante en que su tío miraba atentamente a su celular y sonreía cada que le llegaban mensajes cada ciertos minutos. También no ayudaba la manera tan obvia en que se iba a trabajar vestido un poco más "decente", como diría Noah, y en que llegaba risueño y soltando suspiros enamorados. O por lo menos si no era novio, era un quedante, pero eso ya lo sabían desde hace mucho, solo que tenían un presentimiento que ya era oficial.
Ambos hermanos estaban felices por él. En los pocos años que habían estado viviendo con él sabían que era un hombre solitario. No salía mucho a menos que sea para ir a trabajar o de compras, y aunque a los dos hermanos no les gustaba la falta de socialización y amigos de su tío, agradecían enormemente el apoyo, el amor y el cariño que él les daba. Fernando, su tío, era una mezcla entre hermano y padre para Bruno y Noah, y aunque no lo dijeran tan a menudo (para no decir casi nunca), agradecían enormemente que él los haya acogido después de la muerte de su madre.
—Chicos, tengo algo importante que decirles —la voz del tío Fer resonó fuerte pero un poco titubeante, haciendo que las otras dos personas que estaban en la mesa levantaran sus miradas—. Sé que estos días he actuado un poco... raro.
—Rarísimo —exclamó Noah, con burla, Fernando rodó los ojos y Bruno regañó a su hermano con la mirada.
—Sí, lo lamento. Como iba diciendo antes de ser interrumpido —se aclaró la garganta—. La razón de ello es que... —le dejó las palabras al aire, llenando el ambiente de silencio.
—¿Es qué...? —Bruno, cómo es tan típico de él, animó a que continuara hablando. Podía verse desde lejos el desastre nervioso que era su pobre tío.
—Es que... —pausó— tengo novio, ya oficialmente. Pero no se preocupen, que eso no cambiará nada entre ustedes y yo. O sea, que sí, a veces iré a ¿citas? o algo así, pero ustedes estarán siempre primero y no sé, me gustaría que lo conocieran alguno de estos días, pero si no quieren está bien, no hay problema.
—Una cena suena algo lindo —Bruno sonrió suave, asintiendo.
—¿Es Liam, no? —preguntó interesado Noah, claro, pues esa pregunta estaba en la punta de su lengua desde hace tiempo.
—Liam, sí —no pudo evitar sonreír—. Es mitad inglés, mitad japonés. Lo conocí en el trabajo.
—Woah, exótico. Interesante —murmuró Noah, asintiendo. En verdad tenía que darle a su hermano la razón, alguien así por éstos rumbos del país era algo que poco pasaba.
Tío Fer soltó una carcajada.
—Supongo que sí —dijo risueño—. Es un buen hombre, estoy seguro que les agradará.
—No lo dudo —Bruno le dio la razón.
Era bonito verlo contento, se notaba que lo quería mucho. Bruno ya estaba emocionado de ver al novio de su tío, quería ver si en verdad era tan bueno como Fernando decía.
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El miedo de Bruno
RomanceDrama, inseguridades y una pizca de dulzura, la vida de Bruno es como cualquier otra de un adolescente de dieciseis años. Pero hay algo que le tiene miedo: David, su compañero de clase, y no es del tipo de miedo del cual se imaginan. Esta historia e...