Fue terrible cuando cantó, o bueno, no mucho pero sí.
Bruno no era un experto en el arte de la voz, pero tampoco tan ignorante. Sí, a veces desafinaba y rara vez lograba llegar a las notas, pero aún así fue terrible. Por lo menos, cuando terminó de cantar, hubo aplausos de la gente así que no fue tan malo, supuso. Solo pudo mirar a su alrededor todo asustado y se bajó rápidamente del escenario, ignorando los otra, otra, otra.
Llegó hasta su lugar junto a David, quien lo miraba con una sonrisa.
—No lo hiciste tan mal —lo despeinó de forma juguetona—. No sabía que sabías cantar.
—No lo hago —dijo en voz baja, sintiéndose incómodo.
Ahora David rodeó su brazo izquierdo hasta su hombro derecho de Bruno.
—A la próxima hay que hacer un dúo, eh.
Bruno dejó de respirar, sus manos y pies comienzan a sudar. Abrió y cerró la boca queriendo decir algo pero no salía nada de sus labios.
—Claro, ¿Por qué no? —logró decir, aún sin estar seguro.
David lo miró tan feliz y le pellizcó la mejilla con notable ternura.
—Vale, esperemos a que Jennie termine su canción y luego vamos.
Bruno ya no podía más, necesitaba salir.
—Debo ir al baño —se excusó—. Ya vuelvo.
—Oh, okey. Acá te espero.
Él asiente y se aleja de David. Ya al salir buscó un baño y entró. Abrió el grifo del agua y se mojó la cara. Bruno se miró al espejo, su cabello castaño estaba un poco mojado de las puntas. Observó su rostro puberto, sus ojos llegaron hasta la mejilla que David le pellizcó. Un color rojo pintó rostro moreno.
David iba a ser la muerte de Bruno, en serio.
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El miedo de Bruno
RomanceDrama, inseguridades y una pizca de dulzura, la vida de Bruno es como cualquier otra de un adolescente de dieciseis años. Pero hay algo que le tiene miedo: David, su compañero de clase, y no es del tipo de miedo del cual se imaginan. Esta historia e...