32. Dentro de la sala del cine

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Dentro de la sala del cine terminaron acomodándose todos cuatro en cuatro. En la fila por delante estaban Noah, Julián, Jennie y Carmen. Omar, Alex, David y Bruno estaban en la parte de atrás. Sentía que todo fue calculado meticulosamente por Jennie, aunque no negaba que Carmen también tenía que ver con cómo estaban acomodados, pero decidió no darle tanta importancia.

Los comerciales que salían antes de la película lo estaban aburriendo demasiado, intentó distraerse un poco viendo a las personas con las que estaba. Carmen y Jennie se encontraban hablando entre el ruido de la pantalla y los murmullos del salón, una con el ceño fruncido y la otra igual o más irritada, quién sabe qué mosca les picó.

Luego fue con Noah y Julián, los cuales se veían que hacían hasta lo imposible por que sus manos y codos no se tocaran, arrugó la nariz diciendo que ya después le preguntaría a su hermano sobre ese raro comportamiento.

Su vista cambió para llegar hasta donde estaba Omar y Alex, ambos entretenidos con lo que estaba en la pantalla como para prestar atención a su alrededor.

—¿Emocionado por la película?

Intentó ignorar la cercanía de David y la forma en que acercó su rostro al suyo.

—Un poco, he escuchado que es buena —dijo, escondiendo sus nervios por medio de una sonrisa que más que nada le salió como una mueca, pretendió frotarse los ojos en un intento en esconder su sonrojo.

No dijeron nada más y esperaron pacientemente para que los comerciales terminaran de transmitirse, ya al hacerlo y al empezar la película, David entrelazó su mano con la de Bruno de manera para nada disimulada.

La película inició como algo meramente normal, una ciudad siendo iluminada con la luz del sol con una que otra escena de coches y personas caminando por las calles. Bruno se sintió mejor sabiendo que por ahora no había nada que lo asustase, nada aún al menos, pero minutos después hubo una escena que le hizo querer vomitar por la sangre y gore que había en la pantalla. Miró de reojo a David y éste parecía que en cualquier momento iba a pegarse por completo a su silla, estaba asustado hasta los cojones y apenas era la primera escena.

Bruno se sintió mal, en verdad. Apretó aún más la mano de David y lo acomodó debajo de su hombro, al parecer fue una buena decisión porque David hundió su rostro contra su pecho en las escenas que más sangre había. Y a veces, entre esas escenas, podía sentir a su novio saltar por los ruidos grotescos y, si ponía mucha atención, podía también escuchar uno que otro chillido agudo. Él besaba su cabeza cada vez que sentía que David moría de miedo, quizá queriendo distraerlo un poco de su, al parecer, sufrimiento.

Pero pese a esas ciertas escenas, sentía que David le terminó por gustar la película porque cuando rodaron los créditos le fue inevitable hablar sobre la buena actuación y el CGI, y a Bruno le fue inevitable sonreír por eso.

El miedo de BrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora