Capítulo 1. La molestia y el perdedor

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Sasuke y su equipo, ahora nombrado Taka, habían decidido descansar unos días en una de las guaridas ocultas de los Uchiha para así poder prepararse para el ataque definitivo contra el Consejo de Konoha. Su vengativo líder había decidido que acabaría con ellos a toda costa y también con todo aquel que se interpusiera en su camino, así tuviera que arrasar la aldea entera.

Desde que Madara le había revelado a Sasuke la verdad sobre Itachi y su clan, el Uchiha se había vuelto todavía más frío si es que eso era posible. Todo él emanaba furia y odio, deseaba venganza más que nunca, y la tendría costara lo que costase. Ya nada más le importaba, todo estaba muerto para él.

Iban de camino a Konoha para terminar con todo, arrasaría con aquellos que le habían quitado todo lo que una vez había querido. Y si después moría, bueno, la vida ya no tenía mucho sentido para alguien como él. Una vez terminara su venganza podrían enviarle al infierno, tampoco habría mucha diferencia.

Taka se adentró en la espaciosa cueva dónde estaba camuflada la entrada a la guarida, Sasuke les guiaba hacia la pared del fondo que era en realidad una puerta oculta.

De pronto, oyeron un ruido procedente del interior, la luz que entraba por la boca de la gruta no era suficiente y dejaba el interior en penumbra. Todos se tensaron al oír de nuevo algo que indicaba que no estaban solos entre aquellas paredes de roca.

El Uchiha se dispuso a dar un paso al frente para averiguar qué era lo que había allí, cuando un kunai se clavó en el suelo frente a él a modo de advertencia. Así que se trataba de una persona pensaron, un shinobi, parecía ser por el arma que había arrojado con precisión. Sasuke se extrañó de que Karin no hubiese notado su chakra.

—No des un paso más —advirtió una autoritaria voz de mujer desde la oscuridad del fondo de la cueva— os lo advierto, estoy armada.

La muchacha dio un paso al frente saliendo de la penumbra, y todos pudieron ver que se trataba de una joven de pelo rosa e increíbles ojos jade, sostenía un kunai firmemente agarrado en posición defensiva. Aun así, se veía que su estado no era muy saludable, estaba pálida con profundas ojeras enmarcando su mirada, su ropa estaba rasgada en algunos puntos y sucia.

Sasuke la había reconocido al instante, su antigua compañera de Konoha, Haruno Sakura. Pero ¿qué hacía ella allí? ¿Sería una emboscada de Konoha? Sabía que habían estado buscándole más activamente desde que se enteraron de la muerte de Orochimaru aunque nunca pensó que fueran a encontrarle realmente, y menos aun en la puerta de su propio escondite.

—Sa-ku-ra —el Uchiha pronunció lentamente su nombre provocando que ella se sobresaltara.

—¿Quién ere... —la pregunta quedó en suspenso cuando la pelirrosa se movió ligeramente cambiando su ángulo de visión para que la luz que se colaba por la entrada de la cueva no cegara sus ojos convirtiendo las figuras de los intrusos en siluetas negras. Una vez pudo ver los rasgos del muchacho, sus ojos se abrieron con sorpresa.

—Sasuke-kun —dijo temblorosamente como si no se lo creyera del todo.

Sakura pensó que quizá era un producto de su mente, que en esos momentos se encontraba bajo mucha presión debido a la situación extrema en la que se encontraba. Aunque, si de verdad era Uchiha Sasuke quien estaba frente a ella, no sabía hasta que punto era algo bueno pues en su último encuentro, él había intentado matarles, y realmente, ahora no se creía capaz de defenderse.

Sasuke la observó detenidamente, se veía a la legua que no estaba en su mejor momento, pálida y ojerosa, parecía agotada. Pero tampoco se le escapó que ella no había bajado el kunai ni un centímetro al reconocerle. Sigue siendo lista pensó el Uchiha al ver que no se fiaba de él, por lo menos había entendido que era peligroso.

(Sasusaku) ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora