Capítulo 28. Voluntad de fuego

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Kakashi miró aliviado hacia la ventana rota del hospital, era un alivio para él que la Hokage hubiera despertado. En realidad, el peso del liderazgo no le gustaba nada, lo había aceptado porque sabía que era su deber hacerse cargo pero en realidad, ser Hokage era una cagada. No sabía por qué Naruto tenía tantas ganas de serlo.

- Las presencias de chakra van subiendo por momentos – dijo Karin con cara de no poder creérselo. Muchos chakras se habían encendido como hogueras en segundos, era increíble.

- Las personas a las que habían bloqueado lo estarán recuperando igual que Sakura – dijo Shikamaru – supongo que al eliminar la fuente los efectos se dispersan. Muerto el perro, se acabó la rabia.

- El perro... ¡Kiba! – exclamó de pronto la pelirrosa – él estaba en prisión, y también muchos otros, seguramente ellos también se habrán recuperado.

- Tienes razón – dijo Kakashi – cuantos más seamos mejor. Los clanes se están reuniendo preparándose para la batalla, debemos organizarnos. ¿Sakura crees que podrás ir y liberar a los detenidos?

La pelirrosa asintió solemnemente.

Sasuke esperó a que alguien dijera algo como "no vas a ir sola" o de ese estilo, pero asombrosamente todos parecían conformes. El dobe de Naruto parecía concentrado en otra cosa y ni siquiera había reaccionado al oírlo, ¿es que acaso no pensaba decir nada? Incluso habría estado agradecido si Hyuuga se hubiera opuesto, pero no, estaba hablando como un estúpido con el líder de su clan de bobos. ¿Acaso tendría que decirlo él?

- Voy contigo – murmuró el pelinegro cuando ella le miró.

Sakura sonrió tiernamente y se acercó más a él.

- No, tú debes quedarte – dijo ella con voz dulce – recuerda que has venido a matar a Danzou.

- En realidad he venido a buscarte a ti – contestó en un grave susurro.

- Lo sé – sonrió la pelirrosa.

- Suigetsu – llamó Sasuke en tono más alto sin despegar sus ojos de los de Sakura, sabía que él comprendería a la perfección.

- Oh, está bien – se quejó el espadachín andando unos pasos – esperaba poder escaquearme de lo de liberar, ya tengo demasiada práctica, primero los calabozos de Orochimaru y ahora esto, preparaos cárceles del mundo ha llegado Suigetsu el libertador... al final es lo que dirán de mí. Quedaría mejor Suigestsu el poderoso o el invencible, el mejor espadachín de las cinco naciones, pero no, por vuestra culpa seré recordado como Suigetsu el abre puertas. Cruel destino.

- ¡Kami-sama! No conozco a nadie a quien le guste más el sonido de su propia voz – exclamó Karin exasperada.

- No te extrañes tanto, sé que a ti también te encanta mi aterciopelada y melodiosa voz – se burló guiñándole un ojo.

Sakura rió levemente de las ocurrencias de Suigetsu y prestó atención de nuevo a Sasuke.

- Ten cuidado.

- Siempre lo tengo.

La pelirrosa dio un paso atrás para marcharse cuando pareció pensarlo mejor y acercándose de nuevo se puso de puntillas y le susurró al oído.

- Te amo – acto seguido depositó un suave beso en la comisura de sus labios y se alejó trotando y riendo ligeramente, dejando tras ella a un sorprendido Sasuke.

Tras unos instantes de confusión, el Uchiha esbozó una media sonrisa de suficiencia y se volvió ligeramente en la dirección por la que ella se alejaba.

- Eres realmente una molestia.

Sakura sólo sonrió sin girarse, después de tanto tiempo, la palabra molestia en los labios de Sasuke había perdido su significado literal.

(Sasusaku) ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora