Capítulo 4. II: Resistencia

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Después de lo sucedido en el, ya inexistente, monumento a los Uchiha, Kakashi-sensei me llevó a su casa y llamó a Shizune para que atendiera mis heridas pues no podía llevarme al hospital. Allí tendría que contestar a muchas preguntas y la sola idea de acusar a los ANBU de Danzou de haberme dado una paliza me resultaba graciosa.

Estaba segura de que si llegaba a contar una sola palabra de lo ocurrido la acusada sería yo por descalificar al Hokage e inventarme cosas. Raíz era intocable.

- Tu estado no es grave – informó Shizune cuando me revisó – pero algo bloquea tu chakra y lo mantiene a un nivel muy bajo.

Nada que yo no supiera, podía haberse ahorrado la visita y el disgusto por verme así. No pude olvidar la cara de horror que puso la medic-nin cuando Kakashi le contó lo sucedido.

Mi sensei sabía que todas las semanas visitaba ese lugar para dejar flores, pero nunca me había dicho nada, se quedaba alejado, al principio del camino, sin molestarme y sin que yo percibiera su presencia. Pero hoy había oído la explosión y después, cuando vio salir a los tres ANBU del camino, se preocupó y entró a buscarme.

- Prometedme que no le vais a decir nada a Naruto – les dije con voz seria incorporándome en la cama.

Poco a poco iba recuperando las fuerzas y mis niveles de chakra se estabilizaban conforme pasaban las horas.

- No pensaba hacerlo – me tranquilizó Kakashi – sé lo impetuoso que es.

Por supuesto, él ya había pensado en eso antes de que yo se lo pidiera. Ambos conocíamos lo suficiente a Naruto como para saber que pondría el grito en el cielo y se enfurecería logrando acabar peor que yo. Danzou era la autoridad ahora, y cualquier voz más alta que otra desencadenaría represalias.

- Tu nivel de chakra se restablece – me indicó Shizune - ¿tienes alguna idea de lo que provocó el bloqueo?

- No, sólo note un golpe en la espalda, sentí una especie de corriente eléctrica extendiéndose desde allí y luego perdí fuerzas – recordé – tal vez sea algún tipo de jutsu.

- Si es así no es ninguno que yo haya visto antes – reflexionó Kakashi – Es peligroso, un arma que deja indefenso al ninja más fuerte...Hasta ahora sus ataques habían sido pura estrategia, diplomacia y papeleos para hacerse con el control legalmente. Pero confiábamos en poder detenerlo por la fuerza si se pasaba de la raya.

- ¿Qué vamos a hacer? – pregunté con decisión.

No pensaba quedarme quieta otra vez, con una ocasión había sido suficiente. Con "jutsu- quita chakra" o sin él, yo formaría parte de la resistencia. No sería una máquina más al servicio de ese ambicioso líder, no era lo que había aprendido hasta ahora de los grandes ninjas de Konoha, yo seguiría mi propio camino ninja.

Observé con diversión como Kakashi suspiraba resignado y rodaba los ojos. Él me conocía bien y sabía que cuando tomaba una decisión podía ser más testaruda que el propio Naruto.

- De momento, estamos reuniendo a todos los que están descontentos con la, digamos "política", de Danzou – comenzó en un susurro – todavía no sabemos cuál será el primer paso, pero no estamos dispuestos a permitir que destruya la Konoha en la que hemos creído durante generaciones.

Shizune seguía allí escuchando todo como si ya estuviera enterada del asunto. Claro, seguramente ella formaba parte de ese grupo.

- Está bien, contad conmigo – me ofrecí rápidamente.

(Sasusaku) ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora