Capítulo 15. ¿Sabes lo que hay en esa dirección?

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Amanecía. A Naruto siempre le habían gustado los amaneceres, ver como el Sol salía de entre las montañas de Konoha brillando como el fuego y bañando los bosques con su luz.

Ese momento marcaba el inicio de un nuevo día, otro para aprovechar, para vivir al límite como si fuera el último, ajustarse su banda y dar lo mejor de sí mismo. En la villa había contemplado muchos amaneceres subido a los tejados.

Naruto suspiró y siguió mirando hacia el este por donde el Sol comenzaba a asomar. Estaba de pie en la explanada que había fuera de la guarida Uchiha, justo en el borde del precipicio que la delimitaba, y al lado de la catarata en la que terminaba el río que corría a varios metros a su izquierda, estaba lo suficientemente lejana como para que su sonido no le molestara.

Había nostalgia en su mirada, pues no estaba mirando el amanecer como pudiera pensarse, sino que intentaba otear aun más allá del horizonte, dónde se encontraban sus pensamientos.

Durante esos días no había tenido ni un segundo para pensar en lo que había tenido que dejar atrás y ahora todo caía sobre él como una pesada losa.

Hinata.

- Flash Back -

La azotea del hospital de Konoha siempre había sido un lugar con buenas vistas, desde allí se podía contemplar prácticamente toda la villa.

Naruto llevaba varios días sin salir de allí a pesar de que sus heridas ya habían sanado. La verdadera razón por la que no había abandonado el hospital era una tímida kunoichi que seguía internada después de la pelea con Akatsuki.

Había entrado muchas veces a verla, aunque siempre cuando dormía. Parecía un ángel, no entendía cómo no lo había visto antes, era tan delicada y preciosa que todavía no creía lo que le había confesado segundos antes de enfrentarse a Pain por él.

Ella había estado dispuesta a morir por protegerle, siempre se había esforzado y él había estado tan ciego que ni siquiera se había dado cuenta, era imperdonable. Por esa razón no podía enfrentarse a ella cuando estaba despierta, porque no merecía su cariño.

En ese momento, oyó unos pasos en las escaleras y se volvió para ver quién subía hasta la azotea, pues no es que fuera un lugar muy visitado. Cuando el equipo siete estaba junto habían ido allí muchas veces cuando alguno de ellos estaba internado, pero ahora sólo él subía, Sakura no lo acompañaba porque decía que le traía malos recuerdos. De modo que siempre veía la salida del Sol solo.

- Y-yo lo siento... no-no sabía que hubiera... yo... – una titubeante voz tartamudeaba palabras sin sentido y se calló de golpe al encontrarse con unos ojos azules como el cielo.

La heredera de los Hyuuga se quedó paralizada, había subido a la azotea pensando que allí nadie la molestaría, necesitaba pensar en todo lo que había pasado y todo lo que había hecho.

No había vuelto a ver al rubio desde que le confesó su amor, a pesar de que le habían dicho que este había ido a visitarla varias veces. Y ahora que lo tenía frente a sí se estaba muriendo de la vergüenza. ¿Qué pensaría de ella? Seguramente se sentiría incómodo por no saber cómo decirle que no quería nada con ella. Naruto era tan gentil que seguramente temía hacerle daño. Se le oprimió el corazón sólo de pensarlo.

Él seguía mirándola estático sin decir nada, con los labios separados como si fuese a hablar pero sin hacerlo realmente.

- Pe-perdón... ya me voy... - azorada, Hinata se dio la vuelta dispuesta a desaparecer escaleras abajo.

(Sasusaku) ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora