Capítulo 36. Antes de que el sol se caiga

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La caravana de refugiados que salía de la aldea atravesando las montañas Hokage rumbo a Suna continuaba avanzando lentamente pero sin pausa mientras Kakashi, Sasuke y Sakura seguían observando igual que otros que contemplaban en silencio como muchos de sus amigos y seres queridos les decían adiós.

Vieron como un shinobi en un momento de pánico se deshacía de su banda identificativa y se unía a la gente que abandonaba la villa con su vista en el suelo avergonzado pero aliviado por su decisión, podía sentirse como un cobarde, pero un cobarde vivo al fin y al cabo. Nadie dijo nada, no podían culparle, el camino ninja no era para todo el mundo, se necesitaba un carácter fuerte capaz de soportar las situaciones límite y mantenerse firme en sus decisiones sin importar dónde fueran a llevarle.

—Nee, ¿soy yo o el ambiente está muy cargado? —la voz de Suigetsu les hizo girarse para ver cómo los tres ninjas de Taka habían llegado hasta ellos. Tardaron un poco en reaccionar ya que la verdad era que con toda esa situación de muerte inminente y sacar a Naruto a la fuerza de la aldea se habían olvidado de ellos.

—¿Qué se supone que hacéis todavía aquí? —preguntó Sakura de pronto mirándolos con incredulidad.

—¿Y dónde quieres que estemos, pelo de chicle? —contestó Karin con su amabilidad habitual.

—Camino de Suna —dijo Sasuke en su lugar.

—Kakashi-sensei ya os contó la situación, quedarse aquí es una misión suicida —prosiguió la pelirrosa en tono más bajo— ¿porqué morir por una villa que no es la vuestra?

—¿Sabes qué? —habló de nuevo Suigetsu— tienes razón, ¿porqué morir por una villa ajena cuando puedes hacerte ninja de dicha villa, nee? —el espadachín sonrió sacando una banda de Konoha y anudándosela en la frente— Felicidades, ahora tenéis un nuevo y atractivo compatriota.

Al fijarse mejor se dieron cuenta que Karin llevaba también una banda identificativa atada en la cintura y Juugo se ajustaba la suya en la frente en ese momento.

—¿Os han dicho alguna vez que tenéis el instinto de supervivencia en el culo? —preguntó Sakura sonriendo emocionada por el gesto de los tres Taka, verdaderamente se podía decir que eran unos amigos fieles.

—Alguna que otra —admitió Suigetsu con falsa pose meditabunda—. Pero también hemos oído... ¿cómo era eso que no parabais de repetir como cotorras?, eso sobre la escoria...

—En el mundo ninja aquellos que desobedecen las órdenes son llamados escoria, pero los que abandonan a sus amigos son peor que escoria —recitó Juugo ganándose una media sonrisa cubierta por una máscara de parte de Kakashi.

—Por eso eres mi amigo, grandullón, es como ir con una enciclopedia gigante —dijo el espadachín con aire satisfecho estirándose para pasarle el brazo por los hombros haciendo que Juugo se inclinara.

Karin rodó los ojos y sonrió con paciencia colocándose junto a ellos y mirando a Sakura.

—Además, ¿si nos fuéramos a quien llamaría pelo de chicle? —dijo con burla imitando las lejanas palabras que una vez dijo la pelirrosa antes de ir a Konoha "¿si os murierais a quién gritaría yo?". Sakura le devolvió la sonrisa.

—Idiotas —comenzó a mascullar Sasuke— ¿porqué siempre tendré que buscarme amigos idiotas?, cómo si no fuera suficiente con el Dobe —pasó frente a ellos negando con la cabeza.

Sakura rió disimuladamente y tras guiñarles un ojo a los tres nuevos ninjas de la Hoja alcanzó a Sasuke colgándose de su brazo, antes de que se alejaran pudieron oír como el Uchiha seguía farfullando.

—Tsk ¿se hacen idiotas después de conocerme o son ya así? Tengo que empezar a replantearme mis criterios —refunfuñaba el pelinegro— Sa-ku-ra ¿te estás riendo de mí?

(Sasusaku) ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora