Capítulo 6. Prohibido llorar

12.5K 881 434
                                    

Ya habían pasado días desde que llegaron a la guarida Uchiha, el tiempo allí pasaba de una manera irreal para Sakura.

Después de haber vivido la decadencia de Konoha, teniendo que estar alerta todo el tiempo, esperando siempre una nueva estrategia de Danzou y escondiéndose para acudir a reuniones secretas, ahora la tranquilidad de ese lugar la anestesiaba.

Cada día era similar al anterior, pasaba las horas junto a Naruto que aun no había despertado, siempre estaba en su cuarto a pesar de que ella se había trasladado a otro, bajaba a comer algo, a veces Suigetsu la acompañaba, otras conversaba con Karin o Juugo, a Sasuke prácticamente no lo veía y no había vuelto a hablar con él desde que le contó todo lo sucedido.

Se esforzaba mucho por no buscar al pelinegro para no molestarle, era mejor así. Si se acercaba demasiado sólo conseguiría sufrir, preocuparse más por él y dañar más su corazón. Y sinceramente, ya tenía suficiente.

Estaba tan cansada y sentía que se ahogaba en ese lugar, sin salir, siempre contemplando cómo Naruto no despertaba a pesar de que habían pasado suficientes días para que se recuperara.

Y se sentía tan sola. Taka le agradaba, a pesar de que discutiera con Karin de vez en cuando, amabas tenían fuerte carácter y chocaban a menudo. La verdad era que los compañeros de Sasuke la habían aceptado bastante bien, la trataban con normalidad, como si siempre hubiera estado allí a pesar de las extrañas circunstancias bajo las que se había "unido" al grupo, pero aun así no lograban hacerla olvidar la preocupación por el rubio.

Antes, mientras estaban en Konoha, Sakura siempre estaba en movimiento, sabía lo que debía hacer, o al menos intentaba ser fuerte para no caer, manteniéndose en continua acción, con una constante afluencia de adrenalina en sus venas, pero ahora no podía hacer nada más que observar y eso estaba aplastando su espíritu.

Pero como siempre, su fuerte orgullo le impedía mostrarse débil ante los demás. Por muy mal que se sintiera por dentro, su rostro siempre mostraba una sonrisa y reía, hablaba y bromeaba con los Taka como si nada sucediera, como si su alma no se partiera cada vez que subía a la habitación de Naruto y le veía tumbado sin reaccionar.

. */*/*/*/* .

Sasuke andaba a zancadas por el pasillo con su katana sobre el hombro, iba a salir a practicar un poco, necesitaba liberar tensiones. Esos días había sentido la guarida como una cárcel. Aunque era muy grande, sus paredes se estrechaban oprimiéndole y creía saber la razón. La molesta mota rosa y el rubio perdedor.

Desde el día que los trajo allí, no había vuelto a entrar en la habitación de Naruto. No quería verlo y sentirse otra vez como a los doce años, no quería tener sentimientos de fraternidad ni de amistad. Esos no servían para nada cuando lo que quieres es ser el más fuerte, no cuando lo odias todo y desprecias al mundo, y ese era el camino que había elegido.

Entonces, ¿por qué mierda no podía concentrarse?.

Se pasaba horas en la oscuridad de su habitación rumiando su venganza, buscando un plan para llevarla a cabo, repitiéndose su odio por Danzou, rememorando las palabras de Madara cuando le contó la verdadera historia de Itachi, viendo en su cabeza una y otra vez el rostro de su hermano cuando acabó con él, todas las imágenes de su infancia en las que le protegió.

Pero siempre, cuando más negros eran sus pensamientos terminaba desviándose sin darse cuenta hacia sus dos ex-compañeros que se hallaban tan sólo a unos cuantos metros de distancia.

Había intentado mantener las distancias con Sakura, no había vuelto a hablar con ella, pero inexplicablemente había cogido la manía de observarla sin que ella lo notara, era demencial, pero no podía evitarlo. Le crispaba su actitud de alegría y esperaba verla caer en cualquier momento, se sentía como un niño que disfrutaba arrancando las alas a las mariposas.

(Sasusaku) ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora