Capítulo 34. Noticias

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Sakura se arrodilló junto a Naruto cuando este se desplomó respirando entrecortadamente. Al final le había dado un ataque de ansiedad y se había colapsado, no era de extrañar después de todo lo que tenía encima con el embarazo de Hinata. Recibir noticias de Akatsuki y un posible ataque era lo que menos necesitaba y había sido la gota que colma el vaso.

Sasuke se había levantado e interrogaba a la pelirrosa con la mirada para saber el estado de su amigo, Kakashi por su parte sólo observaba todo en silencio preguntándose la razón del extraño ambiente que había en la habitación cuando él había entrado y sobre todo qué le ocurría a Naruto.

—Está bien —informó la medic-nin tomándole el pulso, tenía un poco de taquicardia pero iba disminuyendo—. Simplemente sus nervios se colapsaron, sólo necesita descansar.

—Hmp —asintió el Uchiha ayudándola a trasladar a Naruto hasta el sofá.

—¿Vais a contarme por qué Naruto se ha desmayado? —preguntó Kakashi con voz tranquila mirando a sus dos alumnos.

—Supongo que la noticia de Akatsuki le afectó demasiado, después de todo él es su principal objetivo —contestó Sakura con nerviosismo, no sabía si era correcto revelar la verdadera causa del estado del rubio, después de todo era un tema serio.

—Ya... ¿Me has visto cara de estúpido, Sakura? —replicó el jounin sin perder la calma— No me creo que Naruto haya sufrido un ataque de ansiedad sólo porque Akatsuki va tas él, ya sabía que eso pasaría tarde o temprano. ¿Qué le pasa? —volvió a preguntar más seriamente.

La pelirrosa se mordió el labio inferior nerviosamente y fijó su vista en el suelo para no tener que enfrentar la mirada de Kakashi, tal vez porque había sido como un padre para sus alumnos siempre podía saber cuándo estos le ocultaban algo. De modo que siguió perforando a Sakura con su único ojo visible haciendo que esta se pusiera cada vez más nerviosa y comenzara a tartamudear.

—Hinata está embarazada —la voz de Sasuke salió clara y suave liberando a la pelirrosa de la mirada de su sensei.

El Uchiha no había tenido ningún problema en revelárselo a Kakashi, sabía que podían confiar en él, estaba seguro de que Naruto se lo habría contado de estar consciente y después de todo, un embarazo no se ocultaba así como así, tarde o temprano todos lo notarían.

Por unos segundos, el jounin no reaccionó en absoluto sino que permaneció como una estatua de hielo, después dio un par de pasos hacia la silla más cercana y se dejó caer en ella con aspecto cansado.

—¿Qué? —acertó a murmurar el ninja con la voz demasiado aguda.

—Hinata espera un hij...

—Da igual, no... no lo repitas Sasuke, ya lo he captado —le cortó Kakashi levantando una mano— ¿Quién lo sabe?

—Sólo nosotros —contestó Sakura.

—Bien —dijo el jounin con aire pensativo—. Por el momento cuanta menos gente lo sepa mejor, será más seguro para Hinata.

—¿Seguro? —preguntó la pelirrosa tímidamente.

Tal vez la noticia no cayera muy bien en la familia de la chica pero no creía que fueran a hacerle nada, tarde o temprano lo aceptarían e incluso puede que cuando la primera impresión de shock hubiera pasado hasta fuera un motivo de alegría. Después de todo, Hinata y Naruto se querían muchísimo, eso se veía, aunque su hijo no hubiera venido en el mejor momento estaba segura de que lo querrían, además no era como si la familia Hyuuga no tuviera dinero para mantenerlo. Y sí, eran jóvenes pero desgraciadamente la cruel realidad del mundo shinobi en el que vivían les había obligado a crecer con rapidez, en esa sociedad ya eran tratados como adultos.

(Sasusaku) ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora