La habitación del hospital que ocupaba Sasuke estaba en silencio, únicamente Sakura acompañaba al Uchiha dormido plácidamente en la cama. La pelirrosa se encontraba recostada cómodamente en uno de los sillones laterales mirando con ademán distraído unos informes médicos, pasaba una hoja, otra, volvía a la anterior. La mesa situada a la derecha de la cama estaba adornada con la incondicional flor blanca que la kunoichi siempre se encargaba de colocar cuando alguno de sus seres queridos ocupaba una de las habitaciones del hospital.
El ambiente era tranquilo, se respiraba la calma, todo eso gracias a que Sakura se había encargado de que todo el mundo dejara de pasearse por allí como si fuera su casa, algo que le había costado más de un mamporro, y no sólo a Naruto. Había sido un día agitado, plagado de reencuentros.
-Flash Back-
En cuanto llegaron al hospital, depositaron a Sasuke en una camilla y los medic-nin se encargaron de subirlo a una de las habitaciones y monitorizar sus constantes adecuadamente, todo esto bajo la atenta supervisión de la pelirrosa.
—¡Sakura! —llamó una voz autoritaria que la chica conocía bien, aunque en esos momentos sonaba llena de emoción contenida.
—...Tsunade-shisou —logró pronunciar la pelirrosa con una sonrisa formándose en su rostro.
En un segundo, la Quinta Hokage abrazaba a su alumna con fuerza y esta le devolvía el abrazo con afecto. Hasta ese momento no se había parado a pensar en cuanto había extrañado a su maestra a la que quería como una madre, ella le había enseñado a ser fuerte en más de un sentido y a superarse a sí misma como kunoichi, en muchos aspectos le debía a la rubia el haberla convertido en quien era. La estrechó más fuerte inhalando el tenue aroma a sake y ropa limpia que caracterizaba a la mujer, era un olor reconfortante, le recordaba la seguridad del hogar, algo que hace mucho que no sentía.
—Estoy tan orgullosa de ti, Shizune me contó todo lo que hiciste. Sabía que no me equivocaba contigo, realmente te has convertido en una gran kunoichi —dijo la Hokage sin soltarla.
—Tsunade-shisou... —murmuró la pelirrosa conmovida sin poder evitar sonreír emocionada por las palabras de su maestra.
—Estás... diferente —comentó Tsunade separándose un poco para observarla con los ojos húmedos.
Sakura rió con lágrimas de felicidad asomando también en sus ojos jade.
—Supongo que no estoy en mi mejor momento —bromeó la kunoichi tratando de sacudirse un poco la suciedad de la ropa que estaba manchada y rota por la batalla y las horas que había pasado retenida por Danzou, seguramente su aspecto iría acorde con sus prendas.
—No lo digo por eso —rió la Hokage—. Son tus ojos, nunca los había visto brillar de este modo.
Su alumna se veía radiante pese a estar cansada por la lucha, había una fuerza y un aplomo en su mirada que la hacían sentirse orgullosa de ella. Recordó a la chiquilla pelirrosa que había ido a su despacho para pedirle que la entrenara, buscando la determinación para no ser más un estorbo, para encontrar su fuerza y conseguir labrarse su propio camino. Sin duda, la joven que tenía delante era una kunoichi digna de tener en cuenta, fuerte y segura de sí misma.
—Estoy feliz, Tsunade-sama, por fin todo está bien, podemos volver a casa y... —una radiante sonrisa lleno su expresión— Sasuke-kun ha luchado a nuestro lado.
La Hokage asintió, Naruto ya se había encargado de gritárselo en cuanto la vio para después perderse correteando por algún lugar del hospital a hacer quién sabe qué.
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(Sasusaku) Exilio
FanfictionSasuke está consumido por el odio después de saber la verdad sobre su hermano,cuando más oscuro es su corazón se encuentra con sus antiguos compañeros casi moribundos -¿quién os persigue,Sakura?- Konoha- contestó desmayandose. Creador de la portada:...