13: Primer y último día de entrenamiento con Dante

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(Pugna et sanguis: pelea y sangre)

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(Pugna et sanguis: pelea y sangre)

Lunes, 10:10 am:

Dante era un dolor en el culo.

Creo que me odiaba. De verdad, lo creía y estaba convencida de ello. Para empezar, me trataba fatal. Las pocas veces que me hablaba, era para decirme lo estrictamente necesario o para señalar que era una cazadora. El chico parecía tener una gran aversión hacia mi clan. Además, siempre me lanzaba miradas asqueadas cuando le preguntaba algo. Eso había notado en las pocas horas que pasé con él la semana pasada.

El viernes me llevó a mi habitación en el Inferno justo después de salir de la oficina de Luc. Resulta que aparte de un club, también era un lujoso hotel de cinco estrellas. ¿Cómo? No tenía ni idea, pero supuse que era cosa de demonios.

Mi suite era bonita, simple, y blanca. Sorprendente, teniendo en cuenta que todo allí parecía ser rojo, rojo sangre, rojo oscuro o negro. Cabía añadir que estaba en el mismo piso que la habitación de Dante, lo cual no parecía hacerle nada de gracia.

No pude presentarme en el Inferno durante el fin de semana, no porque no quisiese (que también), sino porque Luc no me lo permitió. Me dio dijo que me tomase ese fin de semana libre, porque a partir de ahora, los viernes por la mañana y por la noche me los pasaría en el club.

¿Haciendo qué? No lo sabía.

El fin de semana me lo pasé maldiciendo al destino.

Hoy, al levantarme, lo maldije de nuevo. Este era mi primer día de entrenamiento.

El autobús se detuvo unas manzanas antes del Inferno. Bajé y comencé a andar con rapidez hacia el club, con nervios. No había estado allí desde el viernes, y estaba expectante ante mi primer día con Luc. Este también era el primer día que faltaba a clases, lo cual en parte me hacía feliz, porque la universidad sólo conseguía frustrarme.

Luc me dijo expresamente que me necesitaba el lunes a las diez en el Inferno, y ya llegaba tarde. Mi impuntualidad acabaría consiguiendo que un demonio me arrancase la cabeza de cuajo.

Entré en el recibidor del Inferno jadeando por culpa de la pequeña carrera que había hecho. Busqué a Dante por todas partes en el recibidor, pero no lo encontré. Tampoco me acordaba del piso, por lo que no podía ir a buscarlo directamente a su habitación. Comencé a impacientarme. Eran las diez y cuarto.

¿Qué iba a hacer ahora? Comencé a dar vueltas sobre mí misma cuando noté alguien respirando a mi derecha.

—Tú —me dijo una voz grave. Me giré y me encontré de lleno con el demonio de pelo caoba. Asmodeus. Aguanté mi grito de susto poniendo la mano encima de la boca al verlo aparecer de la nada—. ¿Qué haces por aquí con esa cara de miedo? Pareces ese ciervo de dibujos animados...

No supe si sentirme ofendida ante la comparación.

—Eh... No encuentro a Dante, y él me dijo que me esperaría aquí a las diez —le respondí, esperando que me pudiese ayudar.

INFERNO: Pacto con el Diablo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora