23: Mitad ángel, mitad demonio

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—¿Dante, o ella? —Los señalé, en shock por las palabras de Luc.

Los dos estaban encogidos sobre ellos mismos en el suelo, en posición fetal. El pelo negro de Dante estaba empapado, y se pegaba a toda su cara, de un tono más pálido de lo normal.

La chica también tenía el pelo negro, pero este era mucho más largo que el de Dante y le tapaba todo su rostro. Lo único que podía ver era la pálida piel de sus brazos y el vestido largo y negro que llevaba.

—¿Qué ha pasado? —Le preguntó Luc a Baal, ignorando mi cara de "¿qué cojones pasa ahora?".

—De repente, Dante se ha mareado —le explicó Baal. Asmodeus comenzó a negar y exclamó:

—¡Se volvió loco! Empezó a gritarle a Deva que era una abominación, que la iba a matar antes de que ella lo matase a él... —el demonio puso sus manos sobre sus caderas, con consternación—. Deva se desmayó del susto. Incluso a mí me dio miedo —añadió, elevando sus cejas exageradamente—. Se descontroló de nuevo, Luc.

Lucifer cerró sus ojos y acarició su sien. Mientras tanto, yo me quedé mirando a los demonios con intriga.

—Después de tres años —comentó Baal, como si el dato fuese muy relevante—, volvió a descontrolarse, y convulsionó. No ha sido su culpa.

—¡No, para nada! —Exclamó Asmodeus, con ironía y dando pasos dramáticos alrededor de Baal—. ¡Quién sabe si fue su culpa o no! Quizás ha montado toda esta escena de La niña del exorcista a propósito —dijo, haciendo gestos exagerados con sus manos—. Lo has mimado demasiado, ahora él es consciente de que lo protegerás ante cualquier cosa.

—No lo he mimado en absoluto. No lo trates como si fuera mi hijo.

—¡El híbrido depende de ti! —Asmodeus señaló a Baal con un dedo acusador—. Utilizará eso en nuestra contra.

¿El híbrido?

Baal frunció su ceño e hizo algo que jamás habría esperado.

Empujó a Asmodeus... con mucha fuerza. Con tanta que lo envió a la otra punta de la sala. Asmodeus mantuvo su equilibrio apoyando una mano en el suelo y manteniéndose agachado. Se incorporó con una mueca molesta en sus labios y se apartó el pelo largo y rojizo de los ojos.

Tragué saliva, con miedo, y me acerqué un poco a Luc. Este miraba el espectáculo con las cejas enarcadas.

—¡¿Estás loco?! —Exclamó As, palpándose el pecho donde Baal le golpeó—. ¡Este traje es nuevo!

—Ya lo manchaste con la sangre de la culpable de todos nuestros problemas —le respondió Baal.

Asmodeus rio y se encogió de hombros.

—El único causante de nuestros problemas aquí eres tú —contraatacó, sacudiendo sus hombros con su mano—. Nunca debiste acoger a Dante.

Baal cerró sus manos en dos puños que temblaban por la rabia. La poca iluminación no ayudaba a que el demonio pareciese menos aterrador.

—¡Nosotros le hicimos esto! —Le gritó a Asmodeus, encolerizado y señalando la figura encogida de Dante.

Asmodeus se calló por un instante y suspiró. Algo cambió entre los dos. As ya no tenía esa actitud prepotente de antes, y Baal parecía rendido, con los hombros encorvados sobre su espalda.

—Sin embargo, tampoco podemos arreglarlo —comentó Asmodeus unos segundos después.

—Pero podemos ayudar a que mejore —respondió Baal.

INFERNO: Pacto con el Diablo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora