36: Del Cielo al Infierno

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Aunque tuviésemos una tregua pactada, ahora parecía que Luc y yo estábamos más tensos que antes. Durante toda la comida no supe cómo actuar con su presencia a mi lado, y me daba vergüenza sentir las miradas de todos evaluándonos cada vez que hablábamos.

Y eso que sólo llevábamos unas horas "dejándonos llevar".

—No —le dije a mi reflejo. Estaba de pie, delante del espejo del baño, observando mi rostro sonrojado. Parecía idiota—. No es peor. Tranquila. No te preocupes por lo demás, no tienes doce años.

Me repetí que me estaba comportando como una colegiala de un anime japonés cutre y que nada había cambiado entre Luc y yo. Apagué el secador y dejé de secar mi pelo cuando mi móvil vibró con una notificación. Lo cogí, esperando que fuese Deva. Pero, al ver el número de Luc, mi corazón dio cinco volteretas. Abrí el mensaje, encontrándome con unas simples palabras que aumentaron mi calor corporal:

"Como ya no nos ignoramos más, hoy podré bailar contigo de nuevo".

Ignorando el hecho de que ese era el mensaje más largo que Luc me había enviado nunca, recordé las miradas que me lanzó el viernes pasado, cuando yo bailaba y él sólo me observaba. Le contesté sintiendo mis dedos débiles, riendo como una tonta y pulsé enviar:

"Y podremos terminar lo que dejamos a medias esta mañana".

Apoyé mi móvil, porque temía que, si lo sujetaba más tiempo, acabaría enviándole algo inapropiado a Luc.

Salí del baño, aún con una sonrisita que quería borrarme de la cara. Ese sentimiento extraño pero conocido en mi estómago me estaba molestando. Al cruzar el pasillo y dirigirme hacia mi habitación, como estaba tan enfrascada en mis pensamientos, choqué con un cuerpo menudo y delgado.

Valerie.

Tras la mirada desamparada que me lanzó por la mañana, volverla a ver me sintió como una patada en el estómago. Aquí estaba yo, riendo con mi nueva amiga y sonriendo por un demonio, mientras que Valerie parecía hecha polvo. Abrí la boca para disculparme, pero Val negó y murmuró:

—Lo siento mucho.

Con eso, se metió en su habitación y la cerró con pestillo. ¿Qué quería decir con "lo siento mucho"? ¿Por qué ella lo sentía, si la culpa era mía? Me acerqué a la puerta de su cuarto, sin saber qué hacer. Mi situación con Valerie era insalvable. Ella quería que yo le fuese sincera. Yo no podía contarle la verdad, y ya no quería seguir mintiéndole.

Por mentir, mi vida era una mierda ahora. Y con ese pensamiento toda la felicidad que sentía desapareció de golpe.

Así que me metí en mi habitación, con un nudo enorme en la garganta, y con ganas de echarme a llorar en mi cama. ¿Qué iba a hacer con mis amigos? Valerie me odiaba, me negaba a perdonar a Ram, y Matt...

Una nueva notificación entró en mi teléfono. Ya no tenía ganas de hablar con Luc, pero aún así, lo cogí y lo desbloqueé para leer el mensaje.

"Esta noche en segundo callejón de Fulton St., a la 01, o estas fotos serán enviadas a la Academia".

Ante mí, apareció una foto de una chica entrando en el Inferno. Otra, de la chica subiéndose a un SUV con Baal, Dante, Asmodeus y Lucifer. Y otra, de ella hablando con Dante.

Pero la peor era la última, en la que la chica salía a oscuras, dejando una carta en la Academia.

Se me cayó el móvil al suelo al darme cuenta.

Esa chica era yo.

* * *

Luc me miró fijamente mientras apoyaba su mano en la parte baja de mi espalda. Yo sólo fui capaz de apartar la vista.

INFERNO: Pacto con el Diablo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora