16: Mentiras, paces y provocaciones

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Viernes, 9:35 a.m:

—¿Adónde vas? —Me preguntó Valerie, levantando su cabeza del libro que tenía entre las manos. Yo estaba comiendo una tostada a toda prisa, a la vez que metía mis cosas en mi mochila.

A la Academia, quise decirle. En cambio, respondí:

—A clase, ¿adónde si no?

Val asintió, ladeando su cabeza. ¿A qué venía esa pregunta? La observé con suspicacia. Me extrañaba que no preguntase por mis continuas faltas a la universidad. ¿Acaso pensaba que había dejado la carrera?

—No sé —respondió, encogiéndose de hombros—. Como llevas una semana desapareciendo por las mañanas, y desde luego no vas a la universidad...

Cerré los ojos y suspiré. ¿Qué me inventaría ahora?

—Bueno, he comenzado a trabajar por las mañanas —mentí, cerrando mi mochila. Al terminar, me apoyé en la encimera de la cocina, posicionándome delante de Val—. Así conseguiré más dinero. Los días esporádicos en los que trabajo en el bar no cubren todos mis gastos.

Técnicamente, si eso fuese verdad, estaría en un grave caso de escasez económica. Valerie seguía creyendo que los días en los que hacía guardias con Matt eran los días en los que supuestamente trabajaba en un bar. Esta semana aún no había hecho ninguna guardia, por lo que, a los ojos de Val, no había trabajado.

—Ah —respondió genuinamente. Sus sospechas parecieron disiparse—. ¿Entonces ahora vas a trabajar?

—En estos momentos, sí. Siento haberte mentido —admití, suspirando.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —Inquirió, dejando su libro de lado.

—No quería que intentases mantenerme con tu caridad —contesté—. Encontré que una familia buscaba a una ama de llaves y niñera, y me ofrecí al trabajo.

Val volvió a asentir, creyéndose mi mentira.

—Dime, ¿cómo es esa familia?

—Adinerada, tradicional, pero simpática —le dije, pensando en la familia de Will en El príncipe de Bell Air—. Me caen bien, por ahora. Los niños a los que cuido son tranquilos, aunque ya sabes que no me gustan demasiado los niños.

Valerie se rio e hizo un gesto ligero con su mano.

—Sabes, cuando quieras, puedes contarme cómo te va la vida. Somos amigas.

La comezón de la culpa me hizo hacer una mueca disgustada. Odiaba mentirle tanto a Valerie. ¿Lo peor de todo? Ella seguía preocupándose por mí.

—Aún no estaba preparada para decírtelo.

—¿Y Luke*? ¿Qué tal con él? —Preguntó.

Luc. En mi cabeza, me extrañaba que Val se refiriera al Diablo con un nombre tan mundano. Ese tema de conversación había muerto la semana pasada, cuando estallé contra Val ante su insistencia sobre mi cita con Luc.

Fingiendo indiferencia, respondí:

—¿Con Luc? Bueno, estamos intentando mantener las distancias.

Valerie elevó una ceja.

—El viernes pasado tuviste una cita con él.

—¡No fue una cita! —Exclamé—. Quedamos varios amigos, no sólo Luc y yo.

—¿Varios amigos? —Repitió—. A mí me parece que quedasteis tú, él y su cama.

—¡Valerie!

INFERNO: Pacto con el Diablo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora