Miércoles, 9:50:
Tras cinco días sin entrenar, en los que me recuperé de la puñalada, Luc me mandó un simple mensaje: «Hoy te entrenaré yo».
No estaba preparada.
Físicamente sí, porque la sangre de Luc hizo maravillas en mi herida y la cicatrizó totalmente, pero mentalmente, no estaba nada preparada.
¿La razón? Luc me había llamado dos veces. Una, el lunes por la noche, cuando me contó cómo hizo el cambiazo con mi carta. La otra fue ayer por la tarde. No me esperaba su llamada, por lo que le contesté algo tan ridículo como: «¿Se ha muerto alguien?». Luc me tranquilizó, y me aclaró que me había llamado para preguntarme cómo estaba.
Repito, para preguntarme cómo estaba.
Claro, se preocupaba por mí porque no podía tener a su empleada vagueando. Aun así, el gesto hizo que me sintiese mil veces mejor. Y más teniendo en cuenta que intentaba evitar a Valerie (para no tener que darle explicaciones), Matt no hablaba conmigo (ignoraba mis mensajes), y que ni me molesté en volver a la universidad (para qué, si total ya había perdido dos meses de ella).
Me di cuenta de que, si no entrenaba en el Inferno o no pasaba las tardes en la Academia, no hacía nada con mi vida. Y eso me entristeció bastante.
Me dirigía hacia el edificio cuando una voz que no había escuchado en mucho tiempo me detuvo en medio de mi camino hacia la puerta.
—Nina.
Era Valerie. Me giré hacia ella, y ver su rostro molesto me provocó un nudo en la garganta.
—¿Piensas seguir evitándome?
—Eh... —balbuceé, sin saber qué responder.
—Sólo preguntaba, para ir buscándome una nueva amiga. Una que no me mienta y no me ignore.
Cerré los ojos con fuerza al escuchar su tono duro.
—He estado muy ocupada, Val... —comencé.
—No, te enfadaste conmigo —me corrigió, poniendo sus manos sobre sus caderas—, que es bien distinto. Y entiendo por qué: sé que no debí contarle la verdad a tu amigo Matt sin preguntártelo a ti antes, pero también entiendo que él ya no crea más en ti —me soltó. Tragué saliva y bajé mi mirada—. No paras de mentir e inventarte excusas. Llevas semanas evitándome.
—Eso no es así —mascullé, sintiendo cómo la cara me ardía por la vergüenza de tener que escuchar cómo mi amiga me encaraba.
—Deja que termine —me pidió, levantando una mano—. Al principio, no me importaba. Te justificaba pensando que tendrías tus razones —comentó, acariciando su frente—. Ahora, ya no me da igual, porque la mirada de tu amigo cuando me visitó era la de alguien destrozado. Tú lo has destrozado.
El tono de Valerie era acusador y duro, e hizo que me encogiese en mi sitio.
—Y no sé si lo has notado, pero está perdidamente enamorado de ti —añadió, haciendo que chirriase mis dientes—. Le conté la verdad: que cambias de trabajo, que ya no estudias, y que te ves con ese tal Luke*. Porque lo sé, Nina —me dijo, al ver que intentaba rebatirle—, sé que no has dejado de verle. Y sé que te gusta.
Abrí mis ojos con sorpresa.
—Te escuché hablar con él por teléfono esta semana. Y cada vez que te llega un mensaje, se te ilumina la cara —quise negarlo, pero Valerie me lo impidió—. Lo que quiero decirte es que estoy harta de que me mientas y me ignores —noté cómo su voz se entrecortaba, y eso hizo que mi corazón se rompiese—. No voy a consentir que me utilices más, y que les mientas a los demás diciendo que estoy enferma o que estoy contigo —me advirtió, señalándome. Sus ojos estaban muy brillantes—. Y si eso conlleva que perdamos nuestra amistad, no me importa, porque me niego a terminar como Matt: rota y desesperada por alguien a quien ni siquiera le importo.
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INFERNO: Pacto con el Diablo (TERMINADA)
FantasyNina, una de las mejores cazadoras de demonios de su generación, es obligada a hacer un trato con el Diablo en persona. Este demonio (cruel, irascible, demasiado honesto y también atractivo) sólo le pide una cosa a cambio de dejar a sus amigos y a e...