En cuanto Nina cerró la puerta, Asmodeus me miró con una ceja enarcada.
—Noto tensión sexual entre vosotros dos —comentó.
Bufé con molestia.
—No, no hay nada entre nosotros —le solté. Era una media verdad.
No estaba mintiendo.
Sólo nos habíamos besado. Y Nina estuvo unos segundos bastante intensos sobre mi regazo que claramente disfruté, pero que no se podían repetir. Nada más.
—Lo que tú digas, pero oye, si no te gusta Nina me puedes dejar el camino libre —respondió, sonriendo y tumbándose en la cama de la cazadora—. A mí sí me gusta y no me avergüenza admitirlo.
—A ti te gusta cualquier ser vivo —le corregí, crispando mis labios.
—No, a mí me gustan ambos géneros, los dos y ninguno —me corrigió a mí, haciendo una mueca disgustada al imaginarse algo probablemente asqueroso—. No me tiraría a un animal.
—Qué asco. Cállate.
Asmodeus se echó a reír con esa mueca de idiota que ponía siempre.
—¿Quién es este? —Me preguntó segundos después, cambiando de tema y señalando una foto en la que salían Matthieu D'Argent y Nina.
Los dos sonreían felices a la cámara, y Matthieu rodeaba la cintura de Nina con demasiada confianza para mi gusto.
—Su mejor amigo —respondí, tajante. Matthieu D'Argent no me caía nada bien.
—Conque competencia, ¿eh? Ya somos tres detrás de Nina.
Apreté la mandíbula con fuerza.
—No me metas en ese grupo —gruñí. Aunque Asmodeus no lo sabía, cada vez que sacaba el tema de Nina volvía a recordar el beso en el motel, y todas las viejas e inútiles sensaciones que resurgieron en mi cuerpo.
—Lo que tú digas... —repitió, riendo suavemente. Asmodeus estaba demasiado contento hoy, y eso significaba problemas.
Ambos giramos nuestras cabezas al escuchar a Nina hablando con alguien. As se incorporó en la cama de rodillas y pegó su oreja a la pared. Yo hice lo mismo con la puerta. Ambos nos miramos, con expectación, esperando oír algo a través de la pared.
—No escucho una mierda —comentó, tras un rato en el que nos quedamos observándonos el uno al otro.
—Yo tampoco.
—¿Salimos a espiarlos un poco? —Me preguntó, con una sonrisa diabólica en su boca. Negué con rotundidad.
—No, Asmodeus —respondí, con una mueca molesta—. Abriremos la puerta y los escucharemos. Nada más.
Él se apresuró a abrirla, pero lo detuve por el brazo.
—No puedes comentarlo todo como si estuvieses viendo una película —le recordé. As puso los ojos en blanco y asintió.
Abrí un poco la puerta hacia dentro. La voz de Nina se escuchó con claridad. La cazadora tenía una voz suave y ronca, de esas que hacen que quieras escucharlas todo el rato. Matthieu D'Argent le contestó con agresividad.
Entrecerré mis ojos con desconfianza.
—Hay otro humano en el salón a parte de D'Argent —susurré, notando su presencia.
—¿No era que no podíamos hablar? —Me recriminó As, enarcando una ceja.
—Yo puedo hablar, tú no —le especifiqué.
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INFERNO: Pacto con el Diablo (TERMINADA)
FantasyNina, una de las mejores cazadoras de demonios de su generación, es obligada a hacer un trato con el Diablo en persona. Este demonio (cruel, irascible, demasiado honesto y también atractivo) sólo le pide una cosa a cambio de dejar a sus amigos y a e...