Zayn
Abriendo la puerta, quedamos frente a frente luego de semanas sin vernos. Siento la incomodidad en su cuerpo cuando se tensa pasando por mi lado para ingresar a mi casa.
—Gracias por venir. —Murmuró una vez que cierro la puerta.
Suelta un suspiro asintiendo, se sienta en el sofá y me mira hasta que llegó a donde se encuentra. Sus ojos rápidamente se desvían al frente donde esta la televisión pagada.
—Gigi.—Llamó.
Me mira dándome una indicación de que me esta escuchando.
—Gigi—Vuelvo a repetir en un susurro. —Lo siento.
—Está bien, sabía que algún día pasaría. No estaba segura de que sería tan pronto.—Ríe suavemente corriendo el cabello que cayó sobre sus ojos.
Los nervios que tenía cuando abrí la puerta de comienzan a disolver al notar que no está enojada, quiza porque ella siempre supo la verdad.
—Eres muy valiente.—Afirma.—estoy segura de que ya te lo han dicho.
—Mi madre.
Ella me sonríe. —¿Y Liam?
Frunzo el ceño sin entender su pregunta.
—¿Que pasa con él?
—¿El que piensa de lo que hiciste?
Atrapo mi labio inferior con los dientes antes de dejarlo ir. Alzo los hombros dejandolos caer sin ganas. Gigi me mira sin entender.
—No he hablado más con Liam.— aclaro en un murmuro.
—¿Por qué? ¿desde cuando?—Pregunta rápidamente.
—Desde la vez que nos viste juntos.—Aclaro. La cabeza se me llena de recuerdos de aquel día. La carita de dolor de Liam cuando tuve la oportunidad de admitir lo nuestro pero no lo hice, esta latente cuando si fuese ayer cuando paso. —desde esa vez.
Veo sus mejillas sonrojarse cuando me escucha y me gustaría saber que anda pasando por su cabeza en estos momentos.
—Yo... lo siento mucho por lo de ese día. —Susurra mirandome unos segundos antes de correr la vista a otra parte que no sea yo.
—¿Por qué? —Pregunto sin querer una respuesta vuelvo a hablar.— todo fue culpa mía, y Liam lo sabe.
Sus ojos azules vuelven a mirarme. Su ceño se frunce sin entender. Yo niego rápidamente con la cabeza
—Ya esta mejor, prefiero no hablar de eso. —Pido casi suplicando. Ella asiente entendiendo. Le agradezco con una pequeña sonrisa.—¿Y tu como estás?
—Bien, con mucho trabajo por suerte.— Afirma y puedo notar el entusiasmo en su voz.
Sus ojos se desvían por todo el living mirando cada parte de él. Abro la boca y la vuelvo a cerrar porque no se que más puedo decirle. Nunca fuimos de hablar mucho, no encontrábamos temas de conversación, nos gustan cosas muy diferentes.
—Linda guitarra, deberías pasarle un trapo. —Dice divertida señalando frente nuestro.
Alzo los hombros soltando un suspiro. —Hace mucho no la uso, es eso.
Me mira, su ceño se frunce ligeramente.
—¿Por?
—No puedo cantar más. —Murmuró apretando los dientes.
