Escucho los pasos de Liam por toda la habitación mientras corre de un lado al otro, también se escucha su agitada respiración. Cierro los ojos y me pongo boca a bajo, poniendo la almohada sobre mi nuca, tratando de tapar mis oídos y volver a dormir.
Pero su risa me hace girar a verlo. Tiene una musculosa blanca, ahora pegada a su cuerpo por el sudor, sus grandes brazos brillan por estar transpirado. Muerdo mi labio inconscientemente, sin dejar de pasar mis ojos por todo su cuerpo.
—¿Te gusta lo que vez?—Pregunta burlón.
Rápidamente dejo de mirar su cuerpo, para mirar a otro lado que no sea él, mientras me pongo de todos los colores que existen.
—Ay, no que asco, Leyum.—murmuro. Él ríe suavemente, mientras que yo trató de volver todo mi organismo a la normalidad.
Me acomodo otra vez en la cama. Dandole la espalda a Liam, no más vergüenza por hoy. Trato de volver a dormir, pero otra vez él comienza a correr por toda la habitación, ahora agregándole saltos a su rutina.
—¡Liam, por el amor de Dios, es muy temprano par que estés jodiendo con tus ejercicios! —me quejo al notar que de esa forma, no voy a poder dormir.
Sus saltos dejan de escucharse al terminar mis palabras. Lo cual me sorprende mucho, él nunca me hace caso cuando le pido que pare de correr porque necesitó dormir. Suspiro y cierro los ojos.
—Gracias.
—¿Gracias por qué Zayn?
—Por dejar de hacer ruido—respondo obvio. Él vuelve a reír, y realmente en estos momentos odio su risa.
—No te hice caso. Sólo frene para tomar un poco de agua.—se burla.
Me apoyo en el espaldar de la cama para poder mirarlo. Él esta dejando una botella de agua mineral vacía en la mesa. Luego se gira y me mira. Sonríe.
Y yo pienso que es hermoso.
Comienza a dar saltos, mientras abre sus brazos por sobre su cabeza, y las piernas en sincronía. Ruedo los ojos.
—¡Liam!—vuelvo a quejarme, al escuchar que cada vez que abre sus brazos da un grito. Ama hacerme enojar.
Y quizá yo lo amé a él.
—¿Que?
—Te odio, en serio lo hago. —Admito divertido. Liam deja de hacer esos tontos movimientos y en menos de dos segundos se tira sobre mi, en la cama.
Su cuerpo sobre él mío, tapándolo perfectamente. Su nariz rozando la mía, y sus ojos sin dejar de mirar los mios. ¿Como respirar?
—Zayn...—murmura suavemente, sus ojos mieles brillan, paseándose por todo mi rostro.
—¿Que?—Logro decir, lo cual es mucho, no se ni como le estoy controlando de tomar su cuello y juntar nuestros labios, en ese beso que tengo quiero.
Sus labios buscan mi oído: —Yo te quiero. En serio lo hago.
Mi corazón late con tanta fuerza que se podría escuchar por toda la habitación. Siento mis mejillas calientes, al sentir sus labios aún en mi oreja, y obviando el hecho de porque me ha susurrado esas bonitas palabras en mi oído.
Su cara ahora queda frente de la mia y me sonríe de nuevo. Mira mis ojos por unos cortos segundos para luego levantarse de sobre mi cuerpo, y volver con sus ejercicios; como si nada. Cómo si yo ahora tendría miles de mariposas en mi estomago.
Sus pasos vuelven a escucharse mientras corre de la habitación hasta la cocina, tarareando una canción desconocida para mí.
Pero ya no me interesa el ruido que haga, ni que ya no pueda dormir.