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Enjuagando las lágrimas en mi mejillas, guardo rápidamente el celular en el bolsillo, mientras trato de que no se note que estuve llorando para poder salir sin que los chicos pregunten. Mirando a la puerta, los veo a los tres sentados en el sofá con la vista al frente donde se encuentra la televisión.

—¿Liam?— pregunta Louis al verme salir deprisa de la cocina, se levanta para seguirme cuando me dirijo a buscar mi campera. Su brazo toma el mío impidiéndome avanzar girandome suavemente. Lo miró.—¿que anda mal?— niego limpiando más lágrimas que sin querer deje salir. Louis se alarma mientras su ceño se frunce. —dime, por favor.

—Necesito irme, luego te explico. Por favor, dile a los chicos que me sentía mal.—pido dándole una mirada a Niall y Harry sentados en el sofá mirando frozen. Dejó salir una risa entre lágrimas volviendo a mirar a Louis.—al fin te decidiste.

—Prometeme que esto no tiene que ver con Zayn.— exige ignorando todo lo que he dicho.

Me suelto de su agarre en mi brazo, tomando mi campera del perchero, abro la puerta. La lluvia continua más fuerte que antes, pero aun así me obligo a salir del calor de la casa de Niall.

—Lo siento.— susurro cerrando con suavidad detrás mío, sin perderme su cara de decepción mientras niega con su cabeza.

Poniendome mi campera, al igual que la capucha, troto hasta llegar a mi coche, me monto rápidamente y arranco. Las calles están desiertas, con la fuerte lluvia la gente prefiere omitir el hecho de manejar.

Todavía tengo en mi mente la voz de Zayn pidiendo que vaya por él, se que quizá hice mal en cortarle sin decir nada más, pero fue tanta la desesperación por llegar a él que ni siquiera pensé cuando corte y corrí a la puerta de Niall para salir de ahí e ir a su casa, y se que esta mal, que todo lo que venia construyendo durante semanas de no hablarle, es probable que se vaya a la basura cuando vuelva a tenerlo en mis brazos.

Mi celular suena rompiendo el silencio, lo saco del bolsillo de la campera, el nombre de Louis iluminando en la pantalla, está llamando. Lo apago, volviendo mi vista a la carretera, tirándolo en el asiento del acompañante. Comienzo a ir más rapido, sabiendo que nadie puede detenerme, pues parezco ser la unica persona manejando a las dos de la madrugada en una noche de lluvia.

Luego de minutos, freno el coche, tomando mi celular y volviendome a poner la capucha de la campera, salgo y corro hasta llegar edificio. La gente de la entrada me mira extrañada cuando sigo corriendo hasta llegar al ascensor donde pulso el botón siete cuando las puertas se cierran. Maldigo mentalmente al ascensor cuando es demasiado lento.

Me toma unos cinco minutos llegar a la planta siete y otros dos llegar a su puerta. Me preparo antes de golpear con suavidad sin saber que voy a encontrar detrás de ella. Contando hasta diez, golpeó con dos pequeños toques la madera blanca. Escuchó ruidos dentro del departamento, sus pasos corriendo hasta la entrada con rapidez.

La puerta se abre, sus ojos mieles están rojos y brillan por nuevas lágrimas al verme frente a el. Una pequeña sonrisa en sus labios rojos e hinchados por su llanto se hace visible. Nos quedamos viendo largos segundos, antes de que Zayn se tire con fuerza sobre mi pecho dejando salir su llanto. Me tenso unos segundos, pero entonces rápidamente estoy envolviendo mis brazos en su pequeña cintura, mientras lo guió adentro nuevamente, cerrando la puerta detrás nuestro, apoyando mi espalda en ella, Zayn esconde su cara en cuello y no parece importarle en lo absoluto el hecho de que estoy completamente mojado.

—Veniste.— susurra sobre mi cuello, su tibio aliento calentandome. Su cuerpo se estremece cuando paso mi fría mano sobre su espalda cubierta por una fina remera gastada, mirando para abajo, me doy cuenta que es una de las tantas mias que aún conserva, y me pregunta que tan enamorado estoy para que algo tan pequeño como eso, me haga sentir tan bien. Zayn se aleja unos centímetros sin dejar de abrazarse a mi. Me mira.— pensé que ya no me querías.

I won't mind. ›ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora