Dos meses.
Tirando de la puerta, me adentro al café donde habíamos acordado quedar. La gente voltea al escuchar la campana sonar cuando ingreso. Muchas caras de sorpresas al igual que celulares apuntando en mi. Les sonrío brevemente, antes de pasear mis ojos por todo el local buscándolo. Está en una de las mesas del fondo, me sonríe cuando me ve caminar en su dirección.
Llego a la silla frente a la suya sentándome. Saco mis lentes de sol, le sonrío también.
—Hey.— saluda inclinándose sobre la mesa para dejar un suave beso en mi mejilla.
—¿Como estas?— preguntó luego de semanas sin vernos.
Sus mejillas se colorean mientras deja salir un suspiro jugando con el sorbete en su vaso, para luego alejarlo ya que está vacio. Fija sus ojos en él por largos segundos, antes de alzar la vista y mirarme. Sus verdes ojos brillan.
—Bien.
Mi ceño se frunce.—¿Por que te sonrojas?— preguntó divertido.
Entrelaza sus dedos sobre la mesa jugando con ellos. Traga saliva repetidas veces, se que esta nervioso, y aunque no lo conozco lo suficiente es fácil de leer. Pasan minutos antes de que vuelve a hablar.
— Conocí a alguien.— murmura por sobre el ruido del local. Sus ojos bajan al mantel de cuadros.
—Oh.
—Y lo siento, se que dije que iba a esperar por ti hasta que estes listo.— murmura mirándome. Asiento suavemente.— pero se que todavía lo quieres, joder Li, lo amas y no hay lugar para mi en tu corazón... y
—Hey.—lo corto al escucharlo hablar tan rápido y nervioso tratando de explicarme. Dejo salir una risa.—esta todo bien, es tu vida y puedes estar con quien quieras.— digo sincero. Una pequeña sonrisa tira de sus labios.— mientras seas feliz.
Hace casi dos semanas no nos vemos y él ya tiene a alguien, ¿por que no puedo yo ser asi? conocer a alguien en tan poco tiempo y sonrojarme al mencionarlo, como si realmente causará algo en mi.
Una chica se acerca a nosotros sin darme tiempo de hablar, dejando un plato de panqueques frente a mi al igual que un vaso de jugo de naranja exprimido, y uno con unas tostadas frente a Sam, mientras vuelve a llenar su vaso con jugo. Nos sonríe y rápidamente se va. Sam toma las pequeños recipientes de mermelada y comienza a preparar su desayuno.
—Ordenaste por mi.—digo y no es pregunta. Él alza los hombros sin decir nada concentrado en su tostada. —Entonces...— digo buscando su mirada. Sus verdes ojos se alzan.—¿quien es?
—No lo conoces, nos vimos en una fiesta hace unos meses y nos llevamos bien.— Le da un gran mordisco a la tostada, manchando la comisura de su labio con mermelada y parte de ella cae en su camiseta blanca.
Deja salir una risa cuando ve la mancha roja en ella. Sus hoyuelos aparecen por primera vez en el día. Y yo quiero inclinarme y tocarlos, porque me encantan los hoyuelos y los de Sam son tan lindos, y se que si no estaría aún enamorado de Zayn, no me costaría nada estarlo de Sam.
—Y hace una semana volvimos a coincidir, se acordó de mi — dice mientras pasa una servilleta sobre la mancha, haciéndola más grande. Rueda sus ojos dándose por vencido con la mancha.— y bueno, luego de eso nos besamos, me pidió mi numero. Ayer sólo tuvimos una cita.
Alzo las cejas incrédulo.—¿Ah si?
Sus mejillas vuelven a sonrojarse al notar el tono en mi pregunta. Niega con la cabeza rápidamente.—No tengo sexo en la primera cita.