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No podía dejar de sentirme de aquella manera. Triste. El tiempo había pasado, los días se fueron haciendo cada vez más largos y las horas eternas.

Años atrás nunca pense enamorarme. No de un hombre. No de uno de mis mejores amigo y compañero de banda. Sin embargo, eso era lo que había sucedido. Me había enamorado perdidamente de Liam, al principio me sentía triste, pero luego de que Liam lo supiera, estaba feliz ¡Porque Liam me correspondía! y completo. Pero poco a poco las cosas dejaron de ser perfectas para ambos.

—¿Liam?—Murmuro entrando al departamento, dejando las llaves sobre la mesa junto a mi campera. El silencio se hace presente.

Al no obtener contestación, corro a mi habitación, diciendo su nombre una y otra vez esperando una respuesta de su parte.

En cuanto llego a mi habitación. Parado justo en medio de ella, se encuentra él. Puedo ver sus lágrimas bajando de sus mejillas, y su cuerpo dando pequeños saltitos debido a los sollozos. Camino hasta quedar frente a él,  mi mano tomo su mentón, levanto su rostro de manera que nuestros ojos se encuentran mutuamente. No dice nada pero lo entiendo, así que abro los brazos, y Liam no espera ni un segundo, tirandose a mi, fundiéndonos en un abrazo, convirtiéndonos en uno solo.

Su llanto comienza de nuevo. Poco a poco nos dejamos caer sobre la cama, el rostro de Liam se esconde en mi pecho.

—Calma amor… –Susurro besando la cima de su cabeza.

El cuerpo de Liam se relaja luego de segundos, mientras que su llanto de apoco se va apagando. Pasa uno de sus brazos, sobre mi cadera y me pega a él.

—¿Por qué crees que ellos no dejan hacer lo nuestro público? —Murmura alejando su cara en mi pecho, dando un suspiro. Limpio suavemente sus ojitos, y el rastro de lágrimas en sus mejillas.

Apretó con fuerza mis ojos, al igual que el agarre de mis brazos sobre su cintura. Dejo un pequeño beso en la cima de su cabeza nuevamente, mientras alzo los hombros.

—Porqué son unos idiotas.—Los ojos de Liam se alzan hasta los míos. Se notan cansados. Él hace una pequeña mueca, que no llega a ser una sonrisa. Toco suavemente la punta de su nariz con mi dedo. Él la arruga tiernamente. —Vamos, ¡sonrie para mí!

Me sonrie a pesar de que sus ojos no brillaban como solían hacerlo. Beso la frente de el y dejo salir un suspiro; que más deseo huir junto con Liam para que nadie lo lastimara. Y es que para mis ojos, él es demasiado frágil. Lo único que quiero hacer es protegerlo, hacerle saber que estoy con él y que nadie podrá lastimarlo. Pero esta vez estoy fallando más que nunca.

—Te amo.

Los mejillas de Liam se vuelven rosas, haciendome sonreír. Él se abraza más a mi, sin dejar de mirarme. Sus ojos tienen un pequeño brillo instalados en ellos.

—Te amo tanto. —Vuelvo a decir, sólo quiero que lo recuerde siempre.

Liam sonríe a más no poder, sus ojos brillan por primera vez en ese día. Se inclina a mi y me besa suavemente. Es todo tan cuidadoso. El toque de los labios de Liam apenas se siente, y su mano descansa en mi mejilla. Me alejo suavemente de su boca, y comienzo a llenar de pequeños besos su linda carita, froto nuestras narices juntas antes de retroceder. Liam deja escapar un pequeño suspiro, sin dejar de sonreír. Busco la mano de él sobre las sábanas, entrelazando nuestro dedos.

Lo miro, desde sus cejas gruesas, hasta sus pequeños ojos mieles, brillando, veo mi reflejo en ellos, y quiero que sea así por toda la vida. Su pequeña nariz, la cual me encanta tocar, elevando la cima con la punta de mi dedo, causando que se arruge, se cuanto odia que haga eso. Hasta sus labios rosados, los cuales me han dedicado miles de sonrisas sólo a mi. Los cuales bese todas las veces que quizá. Su pequeña manchita a un costado de su cuello, que lo hace tan él.

—¡Deja de mirarme!—La queja de Liam me  hace volver. Sus manos ahora tapan su rostro. Las tomo, sacándolas de tan preciosa vista, y vuelva a entrelazarla con la mía.

—¿Por qué? —Pregunto dejando un beso en sus labios entre abiertos.

—Me sonrojo cuando me miras de esa manera.—Su cara vuelve a esconderse en mi cuello.

Pasan los minutos, mis manos estan sobre su cabello nuevamente. Los abrazos de Liam me agarran de la cadera, y su lenta respiración pega en mi cuello. El agarre de Liam cada vez es más pesado, se esta por quedar dormido.

Entonces recuerdo, lo que quería mostrarle. Lo muevo suavemente, escuchando su quejido. Liam saca su cabeza escondida en mi cuello, y me mira, sus ojitos intentando abrirse pesadamente. Acaricio su mejilla.

Después de varios segundos de esperar que este algo despierto, me levanto y camino a la mesa de luz del otro lado de la cama.

Del pequeño cajón marron, saco un papel doblado, vuelvo a la cama, acostándome otra vez con Liam, y le entrego el papel. Me mira confundido, le hago una seña con la cabeza que lo abra.

Lo abre, y sus ojos se pasean por aquel papel arrugado por tantas lágrimas que deje caer alli.

Termina de leer, con sus ojos estaban llenos de lágrimas. Me abraza con fuerza. El papel contiene la letra de una canción escrita por mi; la había escrito en todos estos días. Y había decidido que ese era el momento perfecto para entregársela.

Una canción para él.

–Cántala para mí… por favor –Susurra.

Comienzo a tararearla suavemente, mientras que me apretó más a él. Los ojos de Liam no dejan los míos ni por segundos. Brillan por las lágrimas.

'Cause we are who we are, when no one's watching… –Termino de cantar con lágrimas en los ojos.




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¿Para ustedes quien se enamoro primero?

I won't mind. ›ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora