Capítulo 64 - Caballeros de oro, los tipos más tranquilos y sabios que existen.

384 32 61
                                    

— ¡Camus de Acuario! ¡¿Era necesario que hablaras de nuestra vida íntima con Shaka!? —si las miradas mataran, seguramente tendrían que conseguirse a otro caballero para la onceaba casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Camus de Acuario! ¡¿Era necesario que hablaras de nuestra vida íntima con Shaka!? —si las miradas mataran, seguramente tendrían que conseguirse a otro caballero para la onceaba casa.

— En mi defensa —meditó unos segundos, pero nada vino a su cabeza, y ahora mismo tenía ganas de sacar de quicio a Mu como venganza por haberse ido dejándolo solo—, el hecho de que se tratara del caballero representante de Virgo lo hizo divertido —su rostro estaba serio a pesar de hablar con diversión—. A demás, ¿cuál vida íntima?, de eso ya hace cinco años, así que no puedes recriminarme nada —se cruzó de brazos, haciéndose el ofendido.

— El que parece recriminar algo eres tú —alzó una ceja con molestia.

— No pongas palabras de más en mi boca —se fingió molesto.

— Mejor dilo directamente para no empezar otra discusión.

— ¿Qué quieres que diga? —actuó como si no supiera a lo que se refería.

— Sabes lo que quiero decir —gruñó.

— ¿A caso quieres que diga que con tanto tiempo separados muero de ganas de estar contigo? —bromeó—. Desde que regresé quería estar contigo, pero no de esa manera sino, como estamos ahora mismo, charlando, bromeando y compartiendo tiempo juntos.

— Tienes razón, tú no eres de ese tipo de hombres —habló recordando que normalmente quién sugería tener un encuentro era el galo—, te he ofendido tanto, no sabes cuánto lo siento, ¡oh, gran Camus de Acuario!

— Deja de burlarte.

— Yo no hago tal cosa. Sólo quería disculparme contigo por tacharte de hombre pasional, que disfruta mucho su vida sexual con su pareja sin prejuicio alguno, y no teme aceptar que después de tanto tiempo está deseoso de volver a vivirlo, incluso ahora con más intensidad debido a su mayor edad.

— Yo no soy así —ahora sí se sentía un poco ofendido.

— Ya sé —sonrió con autosuficiencia—. Pero yo sí.

— Ese es un pilar, que junto con sus amigos sirve para que el templo no le caiga encima a mi papá Dita y no se le deforme la cara, haciéndolo llorar por eso —señalaba el objeto mientras continuaba caminando a lado del azabache

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Ese es un pilar, que junto con sus amigos sirve para que el templo no le caiga encima a mi papá Dita y no se le deforme la cara, haciéndolo llorar por eso —señalaba el objeto mientras continuaba caminando a lado del azabache.

12 hombres y un bebé (Caballeros Del Zodiaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora