Capítulo 35 - Arr...

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— Entonces, ¿dice que Galena le dijo que nos dijera que le regresáramos a la manzanita por el simple hecho de que es su madre?

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— Entonces, ¿dice que Galena le dijo que nos dijera que le regresáramos a la manzanita por el simple hecho de que es su madre?

— Sí Milo, lo he dicho tres veces —se le veía enfadado.

Ya había pasado un rato, los doce custodios y Shion se encontraban reunidos en la sala patriarcal, y Camus, Alde, Milo y Death no le quitaban la vista de encima al geminiano, pues desde el momento en el que llegó al lugar, la niña pidió insistente que la sostuviera en brazos.

— Ahora resulta que la mujer se siente la mamá de los pollitos —cruzaba los brazos sobre su pecho con molestia.

— Pues no será la mamá de los pollitos, pero sí la de Belén —respondió Aioria.

— ¿Y eso qué?

— ¿Necesitas más razones?

— Sí, ¿con qué derecho viene por ella esperado que se la entreguemos como si nada?

— ¡Es su madre, Milo! —contestaron al mismo tiempo el resto de santos.

— No es la gran cosa. Y ya no hablaré más, porque no quieren entender —terminada la frase se mantuvo en silencio.

— Ignorando eso, sigamos.

— Disculpe patriarca, pero ¿usted sabía de la niña antes de que se encontrara con su madre? —preguntó curioso el de Virgo.

— Sí.

— ¿En serio? —esta vez fue Afrodita.

— ¿Por qué no dijo nada? —cuestionó Aldebarán.

— Quería evitar una riña, y bueno, les debo una disculpa, por culpa mía casi muere.

— Sí, es culpa suya.

— ¡Death! —regañó Mu.

— Él mismo lo dijo —se defendió.

— Tiene razón, Mu, ha sido culpa mía, aunque gracias a Kiki ella sigue aquí, y le estoy muy agradecido por ello.

— ¿Ya puedo ir a comer?

— ¿No que ya no ibas a hablar? -Preguntó el onceavo guardián al escorpión.

— ¿Ahora ya no puedo decir lo que siento?, se supone que es un Santuario libre.

— Mejor guarda silencio Milo —sobaba sus cienes tratando de no perder la calma—. El tema a tratar no es otro que elegir el entregarle o no la bebé a esa mujer, y en caso de acceder a entregársela, ¿en qué momento se haría y bajo qué condiciones?

— ¿Por qué debemos elegir? —habló Aioros.

— ¿Por qué tengo que estar involucrado? —mencionaba con un dejo de molestia en su voz el tercer guardián.

— Deja de lloriquerear Saga, por alguna extraña razón siempre sí le caiste bien a la enana —respondió Afrodita.

— Grr... —gruñó.

12 hombres y un bebé (Caballeros Del Zodiaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora