Capítulo 28 - ¡Ba!...

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— Bien

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— Bien. Intentaré hacerlo —con desgano, mencionó el de hebras lilas.

— ¡Vamos! Esto se vuelve más extraño cada vez —insistió Piscis.

Comenzó con lo que le pidieron—. «Seguramente sólo se escucharán sonidos como los que acostumbra a hacer» —suspiró, concentrándose y tratando de entrar en la mente de ella—. «¿Niña?» (Esto es ilógico) —pensó en su subconsciente—. «Belén yo ent...» —se detuvo secamente.

— «¡Vamos, muñequita!» —alguien más hablaba con ella por ese medio—. «No puedes decidir odiar a ese caballero por algo que ni siquiera ha hecho» —su voz era tan gruesa y siniestra, que le causó escalofríos al lemuriano—. «¡Oh!, ¿es que quién te puso así fui yo?» —se escuchaba su risa burlona. Mu dedicó una mirada rápida a la niña, que no cambiaba en ningún momento su expresión y tampoco se movía—. «¿Te caigo mal niñita?» —seguía burlón—. «Seguro es eso, porque no has mostrado temerme en lo absoluto. Dime, ¿me temes?» —físicamente, la bebé fruncía más el entrecejo, mostrando molestia, el ariano no lo resistió más e intervino.

— «Así que eres el causante de su expresión» —se le "oía" molesto.

— «¿No te han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?»

— «Estás perturbándola. No voy a permitirte que lo sigas haciendo» —mencionó decidido.

— «¡Ja, ja, ja! ¿Tú?, ¿un humano?, ¿amenazándome a mi? No me llegas ni a los talones, ingenuo».

— «Si tan fuerte te crees, ¿por qué sigues hablando?»

— «Porque si hubiese actuado, ya estarías muerto» —sonreía, aunque nadie podía verlo—. «Y no sólo tú, tus compañeritos también» —rio.

— «Sólo eres un charlatán».

— «Quieres pruebas, ¿he? Bien, por mi no hay problema. Dime, pequeño y tierno cordero, ¿a cuál de tus amigos extrañarás menos?»

— «¿Q-qué?»

— «Será, ¿a alguien a quien estimas mucho?, ¿a alguien a quien, en tus más profundos y mundanos sueños deseasfervientemente?, ¿a aquellos que admiras?, ¿al que desearías conocer másprofundamente?, ¿al que te es indiferente? ¡Oh!, y una cosa más, no sólo tengoen la mira a los que están ahora en Acuario. ¡Ja, ja, ja!»

Sorpresa y temor era lo que su rostro expresaba, tiritaba levemente, y este comportamiento sus amigos lo notaron casi al instante. Ahora era él quien se comportaba extraño, hacía mucho que no sentía algo así, ¿por qué ahora?, ¿por qué él?

 — «B-basta...»

— «¿Quieres que pare, corderito?, pero aún no te muestro lo que puedo hacer» —un leve pujido se escuchó por fuera, y Mu salió de pronto del trance.

— ¿B-Belén? —aún temblaba. Ella se movió instintivamente en su dirección terminando en sus brazos. Lo observaba seria y él a ella también, todavía tenía la respiración agitada y un oscuro temor recorriéndolo completamente—. ¿Qu-qué p-pasa? —dijo en un susurro que sólo alcanzó a escuchar la niña.

12 hombres y un bebé (Caballeros Del Zodiaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora