Ha llegado un singular intruso al Santuario, le sacará canas verdes a más de un caballero de oro. No se sabe de dónde viene ni a quién pertenece, y menos si se irá o permanecerá a su lado, ¿lo averiguarán en algún momento?, ¿quién podría saberlo?
...
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— ¡Que plan tan tonto, Death! —regañó molesto al mencionado.
— ¿Qué? Es lo más lógico. De nosotros eres el que más parece mujer —decía burlonamente.
— ¡Te arrancaré la cabeza, cara de cangrejo! —iba directo hacia el de Cáncer.
— Tranquilos ustedes dos —detenía de la armadura al pisciano—. Estamos aquí para idear un plan, no para que se maten entre ustedes.
— Yo sólo di una idea, Mu. No era mi intención ofender a nadie —sonreía socarronamente.
— ¡Esa ni tu madre te la cree! —aún trataba de alcanzar a Deathmask, pero continuaba siendo detenido por el de Aries.
— ¡Ja! Yo no tengo madre.
— Se nota —contestó Mu.
— ¡¿Qué dijiste borrego?! —se levantó del asiento en el que estaba para ir en dirección del ariano.
— ¿En qué momento esto se convirtió en una tragedia? —preguntaba cruzado de brazos.
— En el momento que Death pensó que era buena idea molestar a Dita con algo tan inofensivo como lo es vestirse de mujer —ahora detenía a ambos muchachos, uno en cada brazo, evitando que se acercaran entre ellos.
— ¡Ustedes dos! —llamó su atención—. Sigan discutiendo en su luna de miel. Estamos aquí por algo serio.
— ¡¿Qué?! —gritaron ambos al unísono.
— Voy a fracturarte iceberg —el de la cuarta casa se acercaba a él, furioso.
— ¿Qué rayos ocurre aquí? —se escuchó una fuerte voz a la entrada del lugar.
— P-patrarca...
— Creí que estarían haciendo algo de más provecho ustedes cuatro. Después de todo solicitaron mi presencia cuanto antes.
— ¿Quién hizo qué? —preguntó confundido Dita.
— Yo le pedí que viniera. Después de todo es algo que nos incumbe a todos —decía tranquilo el de la primera casa.
— Te lo agradezco, Mu. Estuve a punto de congelar a estos dos —habló mientras sobaba sus cienes frustrado.
— ¿Cuál es la razón por la que pediste que estuviera aquí? —se dirigió a su antiguo alumno.
— Necesitamos ingeniarnos un plan para lograr capturar al o los responsables de todo lo que ha estado ocurriendo.
— ¿Saben algo de importancia hasta ahora?
— Creemos que su principal objetivo es la niña —respondió neutro Camus.
— ¿Cómo es eso posible? —no evitó ocultar su sorpresa—. Si ella ya está...
