Ha llegado un singular intruso al Santuario, le sacará canas verdes a más de un caballero de oro. No se sabe de dónde viene ni a quién pertenece, y menos si se irá o permanecerá a su lado, ¿lo averiguarán en algún momento?, ¿quién podría saberlo?
...
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— ¡Estaría disfrutando de esta pelea si ustedes no fueran tan asquerosos! —terminó por escupir sangre luego de esas palabras ya que fue golpeado en la cara por milésima vez antes de que sus palmas y rodillas tocaran el suelo.
— No te preocupes —rio uno con burla contemplando la posición en la que estaba el pontífice del Santuario—, nosotros sí que nos estamos divirtiendo.
— M-malditos... —levantó la cabeza, viéndolos con ira—, ¡¿por qué demonios no funcionan mis ataques!? —gritó desesperado.
— Ya lo hemos contado muchas veces —contestó otro—, no queremos hacerlo de nuevo —de una patada en el estómago lo dejó al fin por completo en el suelo.
— Oh pequeño y hermoso cordero que se ha ofrecido a los lobos como sacrificio para tratar inútilmente de salvar a una niña más integra que tú —rio despectivamente—, aunque me temo que no estará tan integra después de que lleguemos a ella.
— N-ni s-seles... o-ocurra tocarla —tenía ambas manos cubriendo su estómago—, n-no llegarán a ninguno.
— Llegaremos a todos —su mirada era tan intensa que hizo desviar la de Shion hacia otra parte—. Él lo dijo claramente después de todo, somos libres de satisfacer nuestras necesidades básicas y simplemente es lo que tratamos de hacer, sí, nos dejó en claro que la quería con vida, y trataremos de que se mantenga viva hasta llegar a él.
— ¡Malditos cerdos! —gritó con todas sus fuerzas, los cuatro hombres que lo rodeaban sólo rieron.
— No sé ustedes —habló el tercero—, pero siempre me ha gustado tanto que peleen y que griten —se hincó a un lado del de hebras verdes, lo tomó por el cabello sin cuidado, le levantó la cabeza y pegó su frente a ella, olfateando descaradamente la cabellera del hombre real—. Es muy aburrido que sólo se dejen y lloren.
— Sabemos que tú eres la cabeza de aquí —se paró frente a él el único tipo que no había hablado hasta ahora, su voz era más grotesca que las de los otros tres—, se podría decir en otras palabras que eres la mamá de los pollitos, por lo tanto, me parece muy justo que seas tú, quien pague lo que tus molestos pollitos han hecho.
— ... —gruñó tratando de alejar su cabeza del que lo sostenía.
— Por su culpa, hemos sufrido tres pérdidas —también se hincó y con una mano le tomó del mentón juntando sus frentes, Shion cerró los ojos automáticamente y trató de retener el aliento—. Eran nuestros hermanos, y tus pequeñas alimañas los acabaron, ¡¿con qué derecho hicieron eso?! —su voz retumbó e hizo estremecer al lemuriano mayor.
El centauro mayor disfrazado regresó a su posición erguida, y sonriendo sádicamente hizo señas a los otros para que lo pusieran de rodillas frente a él.
— Tienes que pagar cariño —habló burlesco y llevó una mano al inicio de su pantalón—, ¿quién te manda a adoptar a tanto huérfano?, ¡ja, ja, ja!, tienes que hacerte responsable de sus actos, tú eres el adulto aquí.
