12 hombres y un bebé (Caballeros Del Zodiaco)

Capítulo 21 - El niño que necesita un amigo o, ¿un psicólogo? (parte 1).

— ¿Y con esos hechos aseguras que el objetivo era Belén? Entonces debió haberse acabado todo desde hace dos semanas atrás —Milo estaba confundido, ¿qué otra cosa estaba por ocurrir?

— Entonces —interrumpió el de Acuario—. Tratas de decir que...

— Según lo ocurrido, todo me dice que sí, pero también me dice que ella ya está muerta.

— ¡Entonces no tiene sentido lo que dices! —Escorpio se encontraba bastante exaltado.

— Para mi tiene sentido —se llevó una mano a la barbilla.

— ¡¿A qué rayos se refieren ustedes dos?! —no entendía absolutamente nada.

— ¿No es obvio, Milo? —lo veía alzando una ceja.

— No —gruñó—. No tiene nada de obvia esta situación.

— Debes meditarlo un poco santo de Escorpio —le decía calmado.

— ¡Aquí el único fan de la meditación eres tú, Shaka! —señalaba crispado al joven rubio. Camus posó una de sus manos en el hombro de su amigo, tratando de calmarlo.

— Hay alguien más detrás de todo esto. Y sólo envió a sus secuaces a hacer el trabajo sucio.

— Pero tal parece que no les informó realmente a quién debían atacar —siguió respondiendo el de Virgo.

— Si ya la exterminaron, ¿por qué no se detuvieron?, ¿por qué atacan sólo a infantes o jóvenes? —continuó Camus.

— Porque, no saben a quién están buscando —respondió al final Milo—. Siguen buscando.

— Exacto. No hay manera de que paren a menos que el principal causante de todo, les informe que ya han cumplido desde tiempo atrás con lo acordado.

— ¿Cómo los detendremos entonces?, no hay nada que nos lleve a ellos. Siempre actúan ocultos y al final no dejan rastros notorios que nos ayuden a dar con los responsables —se encontraba más confundido.

— Debemos idear un plan. Pero es necesaria la participación de todos —mantenía su cuerpo estático a unos escalones alejado de los otros dos muchachos que lo veían curiosos.

— Empecemos entonces. Pagarán por los daños hechos.