— ¿Estás seguro de que quieres que haga eso? —preguntaba no tan convencido de lo que le pedían—. Sabes que meteremos a más de uno en problemas.
— Lo sé —sonreía de oreja a oreja—. De eso se trata.
— Cuando te pones así das miedo. ¿Qué pretendes que le diga al patriarca, exactamente?
— Es sencillo, sólo dile que uno de los caballeros dorados sabe mucho más del tema de Mu, será tanta su curiosidad que en la siguiente reunión preguntara de una forma poco ortodoxa a todos. Conociéndolo, seguramente sólo hará una junta para eso.
— Y se lo digo, ¿cuándo? —se cruzó de brazos, alzando al mismo tiempo una de sus cejas.
— Mientras más pronto, mejor.
— No querrá hacer la junta hasta que estemos todos, y faltan Dohko y Camus.
— Su curiosidad ganará y no le importará en lo absoluto que estén o no.
— ¿Y qué te hace pensar que va a creerme si soy Milo?
— Es por eso que debes ser tú.
— No entiendo. No encuentro el sentido.
— Al ver que eres tú quien se lo dice, su necesidad de saber la verdad será mucho mayor.
— ¿Y yo que voy a ganar con todo esto? —le observó retadoramente.
— Pues... ¿Qué quieres?
— ... No tengo idea. Lo pensaré y te digo después.
— De acuerdo. Te lo agradezco, Milo.
— Agradécemelo cuando lo haya hecho. Ahora, si me disculpas, tengo que ir a hablar con la pasita.
— Suerte —se despidió.
¡Genial! Ha creído que era buena idea ir a visitar a Marín en el área de amazonas, ¿cuál es su problema?, pocos son los lugares que conoce del Santuario, no sabe en dónde rayos está y su corta estatura no es de ayuda para observar a lo lejos. Ahora piensa que no fue tan bueno el alejarse tanto de Kiki.
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12 hombres y un bebé (Caballeros Del Zodiaco)
FanficHa llegado un singular intruso al Santuario, le sacará canas verdes a más de un caballero de oro. No se sabe de dónde viene ni a quién pertenece, y menos si se irá o permanecerá a su lado, ¿lo averiguarán en algún momento?, ¿quién podría saberlo? ...