Makoto

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La alarma del reloj resuena como las campanas de una catedral causándome un gran dolor de cabeza en solo unos momentos

¿En qué habré estado pensando? Esta es la última vez que se me ocurre aceptar ir a tomar unas copas con mis amigos en días de semana, pero bueno, tampoco es que pudiera rehusarme a acompañarlos; era una situación especial pues dos de mis compañeros de trabajo acababan de comprometerse oficialmente y ese siempre es motivo de fiesta.

Una vez apagada la alarma, me quedo recostado en la cama, pensando en lo feliz que ellos se veían juntos y creo que eso me dio un poco de envidia porque fue entonces que comencé a beber más y más a medida que la noche transcurría, sin ningún tipo de control.

No debería caer tan bajo, mi vida no es tan mala en realidad.

Terminé con éxito mi carrera con uno de los mejores promedios y al poco tiempo ya estaba trabajando como ayudante en uno de los centros especializados de natación infantil de Tokio. Es un gran lugar, con varias piscinas olímpicas, gimnasio personalizado y otras áreas recreativas, donde asisten niños y adolescentes de todas las edades con la esperanza de que un día se conviertan en deportistas de renombre mundial. Realmente me gusta trabajar ahí con todos ellos, ver sus caritas sonrientes cuando se divierten en el agua y sus ojos llenos de decisión al momento de iniciar sus propias competencias cuando llega el momento. Y gracias a ese trabajo tan bien remunerado, pude dejar mi pequeño departamento de estudiante y mudarme a otra zona mucho mejor, conseguir un piso solo para mi pues ahora ya cuento con los ingresos necesarios para ser completamente independiente, además de que veo a mi familia lo más que puedo, hablo con mis amigos de la escuela seguido y tengo otros muchos más con quienes realmente me divierto en diversas salidas a clubes

¿Qué más podría necesitar?

La respuesta a esa pregunta es: nada...o al menos, eso es de lo que quiero convencerme

Las personas siempre dicen que toda vida necesita un poco de romance para estar completa, un amor puro y leal que lo supera todo; nos venden esa imagen de romance ideal a cada minuto de nuestras insípidas vidas, en músicas llenas de cursis palabras, en libros de fantásticos personajes y en películas donde los protagonistas luchan a capa y espada por poder estar juntos ¿Eso es amor verdadero? Puede que así sea, puede que todo se base en el fuego y la pasión que recibes de la otra persona, en el placer físico y nada más, pero el amor también puede estar en un remanso de paz total, un silencio cómodo, una mirada que te dice sin palabras "te amo como a nadie" y ese tipo de amor es tan válido como el otro, más válido en realidad.

Hubo un tiempo en que no sabía eso...

Tuve un primer amor y me parece que no tenía la suficiente madurez como para apreciarlo, porque me sentía despreciado, solo, ignorado...así que lo cambié sin una pizca de arrepentimiento, lo cambié por la imagen ideal que yo entendía debía ser un romance; esta persona era tan diferente a la primera, era explosiva, abierta a demostrar cariño hasta el punto de resultar un poco pesada de vez en cuando, pero me daba más de lo que había recibido antes, y creí ilusamente que ahí se encontraba el amor...

Me equivoqué.

Mi segundo romance no funcionó como yo quería, ahí no había sentimientos, solo encuentros físicos llenos de instintos desaforados y muchas palabras por completo vacías, que después de un tiempo me llegaron a aburrir. Comenzaron las peleas, los gritos y acusaciones sobre quien tenía la culpa de todo...y al final todo terminó tal y como había empezado: en un instante

-¿Vas a quedarte en cama todavía, Makoto?- pregunta una voz sacándome de mis ensoñaciones altamente deprimentes, esa voz la reconozco, pero me sorprende pues no la había escuchado en varios meses

-No necesito que entres para asegurarte de que estoy vivo

-¿Ah, no? Creí que para eso me habías dado una copia de las llaves

Está burlándose, pero eso está bien, estoy acostumbrado a que lo haga, de modo que me levanto como puedo para dirigirme al baño pasando por su lado ignorándolo por completo mientras me esfuerzo en no tambalearme como idiota.

-¿Qué te pasó? Te ves horrible

-Una mala decisión, eso es todo

-¿Otra vez? Bueno, al menos tuviste la decencia de deshacerte de tu amante en turno antes de que llegara- comenta caminando detrás de mí, pero deteniéndose en la puerta del baño para darme algo más de privacidad -Te juro que si vuelvo a verte en acción, vomitaré sin pensarlo

-Nadie te pidió que te quedaras a mirar- le reclamo dejando que el agua recorra mi cuerpo y me cure un poco de todo el dolor que siento...realmente tenía razón, el agua es actualmente lo único que puede darme algo parecido a la paz

-¡Ni siquiera te detuviste cuando te fijaste que estaba en la puerta!- me reclama

-Sabes que en esos momentos no puedes simplemente detenerte

-Lo que digas. Date prisa, prepararé el desayuno o no llegaremos a tiempo

-Rin- lo llamo antes de que mi amigo se aleje demasiado de la puerta

-¿Qué necesitas?

-¿Ganaste?

-Las competencias internacionales no son fáciles, los otros países tienen competidores francamente buenos, así que no las obtuve todas

-Ya veo

Escucho sus pasos alejándose por el pasillo y yo dejo salir un suspiro frustrado mientras apoyo mi cabeza en las frías baldosas de la ducha...no pude animarme a preguntarle, aunque, de todas formas, no tendría caso, cada vez que lo hago me responde con evasivas, porque él no quiere que sepa dónde está con exactitud y como está.

A lo mejor es porque sabe que sería doloroso para ambos y solo quiere protegernos, tal vez

Ahora mismo en lo único que pienso es que el amor ya no puede ser parte de mi vida.

Errores (MakoHaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora