El Reencuentro Largamente Esperado

776 85 11
                                    

Me limito a aclarar una vez mas que no es que el cambio en la narración sea muy grande, pero especifico por si se confunden en algún momento que otro comience a explicar lo que pasa

Eso es todo, jejeje

<><><><><>

No puedo creer que tenga el valor para llamarme después de lo que nos gritamos en Tokio, pero supongo que necesita de alguien que lo apoye mientras regresa a este lugar que guarda tantos recuerdos para él y soy su mejor opción.

Les pedí expresamente que no dijeran nada acerca de la presencia de Haru, eso en cuanto me enteré de que mi acuático amigo se encontraba en Iwatobi disfrutando de sus primeras vacaciones en años aprovechando la nupcial invitación, pero estoy bien consciente de que Rei no iba a quedarse callado si con eso podía conseguir que Nagisa fuera feliz y el pequeño rubio solo quiere a todos sus amigos a su lado el día de su boda ¡Vaya manera de salirse con la suya! Estoy consciente de que es mi culpa, pero ya que. De modo que aquí estoy, haciendo hora fuera del aeropuerto para ver al castaño que más dolores de cabeza me ha dado en toda mi vida.

Al principio dijo que tomaría el tren, pero tuvo suerte y consiguió un asiento en el vuelo de la madrugada.

Estoy caminando lentamente cuando algo llama mi atención; en una de las bancas fuera del aeropuerto se encuentra una niña bastante pequeña, con sus cabellos oscuros y unos ojos verdes que me recuerdan mucho a los de otra persona, ella está jugando en silencio con lo que parece ser una sirena de peluche.

-Hola, esto ¿acaso estás perdida?

-No estoy perdida, mi mami está adentro- su voz suena bastante segura para la edad que supongo que tiene, pero por su postura cualquiera diría que se encuentra conversando con su muñeca en lugar de conmigo y eso me intriga ¿será muy tímida? -Le dijeron que tenía que recoger varios documentos que son muy importantes por su trabajo y tuvimos que venir aquí, pero a mí no me gustan mucho los lugares que están llenos de gente así que me dijo que podía esperar aquí afuera siempre que no me moviera y tuviera cuidado

-Ya veo, yo también estoy esperando a mi amigo, ¿te molesta si te acompaño?

-No- responde aun sin mirarme mientras me siento y permanecemos un momento en silencio hasta que al parecer la curiosidad le gana porque levanta la mirada y sonríe divertida –Yo te conozco, siempre compites contra mi mami

-¿Yo?

¿De dónde saca algo como eso? Yo no recuerdo haber estado compitiendo con señoras madres de niñas bonitas y algo parlanchinas

-Sí, pero mi mami es el mejor del mundo, nadie puede ganarle

-No entiendo ¿tu mami? ¿Quién?

-¡Yuki!- volteo rápidamente con riesgo de quebrarme el cuello en el proceso y veo a mi amigo, y de paso también rival, caminando a paso rápido hacia la pequeña niña que me acompaña para después tomarla en sus brazos mientras le dirige una de sus serias miradas –¿Qué te he dicho de hablar con extraños?

-Pero no es un extraño mami- explica ella, y entonces soy espectador de un verdadero milagro, el gesto de mi amigo se transforma milagrosamente en una expresión suave y llena de cariño que nunca le había visto antes

-¿Haru? No me digas que ella es

El pelinegro ahoga un suspiro, está incomodo con esta situación.

Creo que lo entiendo, no se suponía que nos viéramos hasta esta tarde en la reunión que nuestros amigos han organizado con tanto empeño para iniciar las celebraciones y seguramente durante el transcurso de la misma, yo y otros recién llegados íbamos a enterarnos de todo, por supuesto que en ese momento también habríamos contado con tiempo suficiente para hacer varias rondas de preguntas y respuestas con el pelinegro aquí presente, pero ya es un poco tarde para eso y de verdad no puedo ignorar lo que está sucediendo justo frente a mis ojos

-Rin, esta es Yuki y es mi hija

-¿Cómo?- preguntó pero él no me deja interrumpir

-Yuki, este es un viejo amigo mío, Matsuoka Rin, sé que lo has visto en televisión antes, es un nadador profesional

Extraño, pero ahora puedo comprender perfectamente por qué Haru insistió con tanta fuerza para que mantuviera mi boca cerrada cuando nos reencontramos, porqué prefirió mudarse a otro país donde no conocía a absolutamente nadie y cuyo idioma también le causaba dolor de cabeza, porqué tardé tanto en encontrarlo en las competencias de natación, pues él, al igual que yo, es un doncel, y esa pequeña es claramente suya y de

-Haru, debes irte- pronuncio alarmado, mis descubrimientos aun rondan en mi cabeza, al igual que mis preguntas, pero ya habrá tiempo para resolver eso, lo primero es lo primero y eso seria poner al pelinegro a salvo de lo que se viene

-¿De qué hablas?

-Vamos, te acompañaré hasta tu auto, yo

-Rin qué sucede- se está asustando por mi comportamiento, pero no hay tiempo para explicarle nada y menos frente a esa pequeña pues no sé cuánto sepa acerca de su padre, pero todos mis esfuerzos son en vano porque casi al instante escucho pasos acercándose a mí a velocidad e inmediatamente su voz llamándome:

-¡Rin! Gracias por venir a recibirme

Literalmente quedo congelado al escuchar esa voz que me trae de golpe tanto buenos como malos recuerdos de un pasado que un tiempo intenté desesperadamente dejar atrás, estoy asustado como pocas veces, pero ¿saben una cosa? Simplemente me niego a seguir mostrando signos de una debilidad que nunca a sido parte de mi, a dejar que me vean caído o temeroso, no frente a mi sirena por lo que me obligo a salir de detrás de la protección que me brindaba el cuerpo de mi pelirrojo amigo aun con Yuki acomodada en mis brazos y consigo mostrar una expresión afable.

-A pasado mucho tiempo, Makoto- saludó con un asentimiento de cabeza

El castaño se detuvo en seco, estaba demasiado sorprendido. Sí, había ido hasta ese lugar con el único propósito de volver a verlo y aunque no esperó que lo haría tan pronto, de ahí la sorpresa, para él fue la certeza de que el destino mismo quería que ellos dos estuvieran juntos nuevamente.

Por unos cuantos segundos se dedicó a recrearse la vista con la maravillosa imagen de ese ser a quien estaba seguro de amar con todo el corazón, se veía igual y al mismo tiempo diferente, la misma piel clara que recordaba, su cuerpo se veía mas trabajado pero sin perder del todo esa delicada figura que provocaba querer tenerlo abrazado todo el tiempo que pudiera ¿Su cabello estaba más largo que antes? ¿No estaban sus ojos más brillantes que nunca? Decididamente se veía hermoso, no había duda de ello, pero ¿Por qué su Haru llevaba una niña en sus brazos? ¿Por qué Rin tenía de pronto esa expresión de terror total en su rostro?

¿Qué estaba sucediendo ahí?

-Haru

-Lamento no poder quedarme mucho, la verdad es que ya terminé de arreglar todos mis asuntos aquí, así que mejor los dejaré solos- volvió a hablar con seguridad –Nos veremos esta noche en la casa de Nagisa. Despídete, Yuki

-Sí, mami- dijo la niña obediente dirigiéndonos una gran sonrisa con los ojos cerrados –Hasta luego, tío Rin, señor Makoto

Makoto vio cómo su antiguo amor se alejaba tranquilamente por la calle, como si fuera cosa de todos los días encontrarse con ex novios en medio de cualquier lugar, pero lo que más lo impactó fue que al pasar por su lado, la pequeña a la que cargaba volteó a verlo con curiosidad y en ese momento pudo ver unos ojos verdes iguales a los que veía todas las mañanas, cuando se miraba en el espejo.

Errores (MakoHaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora