Nagisa

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Puedes amar algo, puede que sientas que es lo que más te hace feliz, pero a medida que creces te das cuenta que no podrás vivir por y para eso sin importar cuanto te esfuerces.

Rei había terminado estudiando en la facultad de ciencias de una prestigiosa universidad especializada en avances robóticos de todo tipo, sin lugar a dudas esa era una de sus más grandes pasiones: cientos de números exactos, teorías comprobables y como además podía trabajar independientemente, se sentía feliz con las elecciones que había hecho, porque sí, amaba nadar con todos sus amigos, pero eso se había convertido en un hermoso pasatiempo.

Por su parte, Nagisa consiguió terminar sus estudios como biólogo marino, una carrera que había conseguido tranquilizar de alguna manera a sus padres sin que por eso él debiera sacrificar su felicidad; los animales siempre habían sido una fuerte motivación para el rubio, una de sus mas grandes pasiones, y ahora trabajaba en el acuario más grande que había en Iwatobi.

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Me encontraba dando una pequeña ronda por las inmediaciones del terreno antes de tomarme mi muy merecido descanso, cuando fui atacado por dos sujetos bastante más grandes que yo, al igual que más fuertes. Supuse que debían ser de esos turistas que llegan cada tanto y que no conocen lo que es el espacio personal, sin duda necesitaban indicaciones o algo parecido, me he encontrado con personas así varias veces desde que comencé a trabajar aquí, pero nada más verlos con atención quedó claro que no eran turistas, estos eran amigos

-¿Iku-chan? ¿Hiyo-chan?- ¡diablos! Por poco y estos dos hacen que comience a gritar alarmando a todos los presentes

-Te dije que nos reconocería al instante- comenta el chico con lentes sonriendo, pero sin soltarme del abrazo en el que me han dejado atrapado entre ambos -Debimos usar una bolsa para la cabeza o algo por el estilo

-Que gusto verte, Nagisa- me saluda Iku-chan con un tono sencillo, aunque también sonriendo suavemente

Debo aclarar que me encantan los abrazos, pero mi parte favorita es en definitiva cuando soy yo el que los da a los demás porque me gusta mucho mantener ese control, de modo que me volteé e hice mi mejor esfuerzo para poder rodear a ambos chicos con mis brazos, porque a mí nadie me va a ganar en cuanto a ser cariñoso se refiere, eso nunca.

-Nagisano podemosresrespirar- soltó Iku-chan con todo su esfuerzo y yo le di una de mis sonrisas maliciosas

¡Misión cumplida!

-Lo siento Iku-chan- no, no lo siento para nada, no me crean jajaja -Temía que no pudieran venir a la boda- comenté un poco más serio mientras les dejaba suficiente espacio para que pudieran respirar a sus anchas después de mi reciente ataque –Ya saben, con todo el trabajo que deben tener en Estados Unidos, en especial con todos tus entrenamientos, Iku-chan, debes estar muy ocupado con eso

-La temporada de natación ha terminado hace poco y, bueno, quería aprovechar esta gran oportunidad para pasar tiempo con todos nuestros amigos y recordar un poco de todo lo que vivimos aquí- comenta cruzándose de brazos -Así que gracias por invitarnos, Nagisa y también muchas felicidades

-Es cierto- añade Hiyo-chan ingresando a la conversación –Estamos muy felices por ustedes; desde que los conocí sabía que terminarían juntos, son la pareja perfecta

-Gracias, Hiyo-chan, Iku-chan- esas palabras en serio que me han conmovido, más de lo que creí que lo harían, y es que han dado en el blanco a todas esas dudas que me han atacado en estos días previos al mas importante día de mi vida -Me alegra mucho poder verlos a los dos ¿Cuándo llegaron a Iwatobi? Me hubieran dicho para ir a esperarlos al aeropuerto- añado fingiendo un poco de molestia

Errores (MakoHaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora