Mako\Haru

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¡Día en la piscina!

Bastó con que la pequeña de ojos verdes escuchara eso y estaba a punto de declarar a Rin como su tío favorito entre todos los recién adquiridos, y por unanimidad, y es que ni el pelirrojo, ni el rubio se habían rendido en su recién descubierto anhelo por convertirse en padrinos oficiales de la adorable niña. Claro que Ikuya tampoco iba a dejarse desplazar fácilmente, por lo que se encontraban librando una guerra sin cuartel entre todos ellos, pero de forma tan discreta que Yuki solo percibía lo buenos que resultaron ser los otros amigos de su madre y lo bien que la conocía su tío Ikuya, transformando ese en el mejor viaje de toda su vida, sobrepasando al fin de semana que habían pasado los dos Nanase en Seaworld.

Haru había salido del agua solo unos momentos de la alberca para descansar un poco, pero Yuki no había querido escuchar nada de eso y seguía sumergida en el agua; no tenía por qué preocuparse por eso ya que su hija sabía nadar muy bien y el resto de sus amigos se encontraban en el agua en esos momentos, todos menos uno.

Makoto no había asistido a la reunión con la intención de sumergirse en esta ocasión. . .lo único que quería era poder hablar con el pelinegro y encontró su oportunidad cuando lo vio salir de la piscina por su propia voluntad.

-Hola, Haru. . .esto ¿Podemos hablar en privado?

-No me parece que tenga otra alternativa- respondió después de examinarlo unos segundos

Makoto y Haru salieron lentamente de la piscina, rumbo al estacionamiento, lo suficientemente alejados de todos para poder tener una charla privada.

Ambos se sentían nerviosos, no era para menos, esa era la primera vez que estarían completamente solos desde el día en que habían terminado oficialmente su relación de años. . .un día que ambos seguían recordando con mucho dolor. Se dice que con el tiempo tus recuerdos cambian y lo que sientes respecto a ellos también, pero algunos, como ese, permanecían intactos al transcurrir del tiempo como todo lo que tenía que ver con el contrario.

-¿Es mía?- sí, sencillo y directo, pues no era momento para andarse con sutilezas entre ellos, no cuando estaba volviéndose loco

El silencio los envolvió una vez más por lo que fueron los más angustiantes momentos de su existencia; en realidad él no necesitaba una respuesta propiamente dicha, lo único que quería era una confirmación de que lo que ya sabía, o, mejor dicho, lo que presentía, estaba correctamente planteado, pero Haru se tomaba su tiempo en meditar sus palabras antes de decidirse a responder.

-Si te refieres a que formaste parte de su creación, entonces la respuesta es sí- habló finalmente con su tono de siempre -Pero en realidad no eres su padre, Makoto

-Pero, acabas de decir. . .

-Tiene tu sangre corriendo en su interior, no voy a discutirlo, y algunos de tus rasgos más característicos también- explicó el pelinegro tranquilamente con una pequeña sonrisa formándose en su rostro, un efecto que solo su pequeña lograba en él –Quiero que sepas que los noto cada vez que la miro, pero. . .pero todo lo que hay dentro de su corazón y dentro de su mente es lo que me pertenece. Soy yo quien la ha criado por casi cinco años y por lo tanto es solo mía

-¿Y no crees que tiene derecho a tenerme en su vida también?- estaba comenzando a molestarse, no podía ir y decirle eso tan fácilmente; tenían una preciosa hija juntos ¿y quería dejarlo de lado solo porque sí? No iba a permitir eso -Yo no sabía nada de su existencia Haru, y no precisamente por una decisión personal

-No, yo decidí eso

-¿Por qué?- ¿Por qué harías algo así, Haru-chan? ¿Por qué comenzarías a guardarme secretos después de todo lo que hemos pasado juntos? ¿Por qué siento que no me necesitas más a tu lado con cada palabra que sale de tu boca?

Errores (MakoHaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora