Errores (MakoHaru)

Ikuya

El primer día de la estancia de Logan en Iwatobi fue una monumental tortura para Makoto, me di cuenta de inmediato y lo peor es que no sabía qué hacer para manejarlo.

Todo parecía una especie de batalla de palabras refinadas entre esos dos hombres, mientras Haru se esforzaba porque Yuki no se diera cuenta de nada de lo que sucedía o al menos así me lo pareció, y al instante me sumé a ese esfuerzo porque le había prometido, al momento de traerlo hasta Japón, que ella sería mi principal prioridad también. . .así como siempre ha sido la suya.

¡En que estaba pensando Hiyori!

Siempre habíamos hablado acerca de que nuestro ojiazul merecía tener a alguien en su vida que lo hiciera feliz e intentamos por años convencerlo de lo mismo llevándole algunas opciones aceptables para él; Logan fue una opción suya, no mía y es que lo vi tan diferente de mi amigo que sencillamente no creí que pudieran compaginar bien, pero me equivoqué y se hicieron buenos amigos con el tiempo ¿fue por eso que lo trajo aquí después de que le comentara mi preocupación? Es bastante seguro, sé que cree que lo está arreglando, pero no. . .esto es una batalla sin sentido entre dos hombres que poco a poco solo se comportan más y más como niños. ¿Escapar? Imposible ¿Alejarlos el uno del otro? Lo hemos intentado, pero parecen ser trozos de metal los cuales son atraídos a donde sea por el imán que en este caso es Haru.

Por eso mismo, nos hemos mantenido todos juntos, con la excusa de que tenemos que aprovechar de nuestros últimos días de vacaciones, con paseos improvisados y almuerzos incómodos en los que mantenemos a Yamazaki cerca del castaño pues es el único lo suficientemente grande para sujetarlo en caso de que se le ocurra hacer algo. . .y gracias a todos los dioses, hemos estado teniendo éxito.

Entonces ¿Cómo fue que terminamos en uno de los restaurantes más elegantes de la ciudad, en una circular mesa cerca de la ventana, viendo como una de las meseras derramaba una enorme jarra de agua fría sobre las cabezas de Makoto y Logan?

Es una historia divertida en realidad.

Se supone que esta es nuestra última noche en Iwatobi y Rei quería agasajarnos a todos con una elegante cena de despedida antes de que todos volvamos a separarnos; nuestro vuelo a Nueva York parte a primera hora de la mañana y por lo que tengo entendido, Makoto debe volver a Tokio también cuanto antes para atender asuntos con relación a su trabajo, al igual que Rin a quien va acompañar su novio para recoger todas sus cosas antes de volver aquí, pero hasta eso les tomará un tiempo, de modo que no nos veremos en mucho tiempo. La noche comenzó bien, muchas risas y recuerdos divertidos de todos estos días vividos en buena compañía, incluso los intentos de esos dos idiotas por llamar la atención de mi amigo delfín estaban bien, bueno, tal vez esa no sea la palabra. . .diremos mejor que eran maniobras pasables y algo divertidas, sobre todo para Rin y Nagisa, pero más avanzada la noche todo se complicó de maneras monumentales. Estaba tranquilamente comentando con Yamazaki lo grande que es la ciudad de Tokio y no me di cuenta de nada, solo alcancé a ver como Makoto le dirigía una sonrisa coqueta a una de las meseras para que esta se acercara ¿Cómo sucedió? Ni idea, desearía saberlo, pero en ese momento solo pude quedarme igual de petrificado que el resto. . .lo bueno es que cuando la chica se acercó él le comentó que su amigo, entiéndase Logan, la encontraba muy bonita pero que era demasiado tímido como para decírselo; obvio que este lo negó y le dijo que era Makoto el interesado y así comenzaron a lanzarse un imaginario balón el uno al otro. Al principio la chica lo tomó medianamente bien, al menos se veía alagada mientras los veía discutir como idiotas, pero después de un rato pareció pensar que esos dos hombres estaban burlándose de ella. . . Ahora que lo pienso, ella sin duda tiene mucho en común con Haru pues también parece pensar que el agua es la solución a todos sus problemas y convenientemente tenía una jarra llena de ese líquido cerca.

El resto es historia.

La joven se alejó de nosotros claramente ofendida, nuestros amigos estaban chorreando sobre la cara alfombra con sus trajes arruinados, nos habíamos convertido sin quererlo en el centro de atención de todos los comensales y un mortal silencio cayó sobre todos, al menos hasta que el ojiazul se puso en pie apoyando ambas manos en la mesa y con una expresión molesta en su delicado rostro dirigida a los chicos que tenía a su lado.

Ese fue un momento realmente importante, o tal vez fui el único en verlo de esa manera, pero no lo creo.

Haru es una persona que de alguna manera siempre trata de encontrar soluciones a cualquier problema que se le presente y lo hace completamente solo, pero en el momento de la verdad deja que sea su instinto el que le indique cual camino ha de seguir y en esta ocasión, creo que pasó precisamente eso. Digo, se ha pasado dos semanas tratando de tomar una decisión con relación a su vida, pero en ese momento, algo llevado por la rabia. . .finalmente lo hizo.

-¡Makoto!- nunca lo habíamos escuchado gritar rabioso ¿Cómo, si a duras penas habla? Y debo informar que en esta ocasión tampoco lo hicimos; sé que ha aguantado demasiado, más de lo que cualquiera podría, solo impulsado por el deseo de mantener a su hija fuera de todo este tenso ambiente que se forma cuando esos dos se encuentran en un solo lugar, pero en ese momento percibí mucho frio viniendo de él, no está dirigido a mí, pero igual me hico estremecer –Necesito hablar en privado contigo ahora mismo

-De acuerdo- aceptó en tono grave poniéndose en pie

Los veo alejarse rumbo al vestíbulo y en un intento de sacar toda esa frustración que siento por dentro, pateo a mi castaño por debajo de la mesa, después de todo, él es el culpable de que esto este sucediendo.